Empezaremos señalando que una primera fase en la renovación del sistema de ferrocarriles resultaría la recuperación de la razón social de la que fue la Empresa Nacional de Ferrocarriles (Enfe) vigente hasta su "capitalización" hace 18 años cuando sus acciones fueron adquiridas por la empresa chilena Cruz Blanca.
Esa operación fue muy criticada, pues se enajenaba una empresa boliviana de las que están calificadas como estratégicas, por lo mismo su manejo desde otra óptica y precisamente chilena, generó muchas susceptibilidades que en el paso del tiempo mostraron que evidentemente se deterioro la empresa ferroviaria al punto de dejarla en chatarra como afirman dirigentes sindicales del sector.
El pasado mes de octubre se oficializó la transferencia de las acciones que tenía la Cruz Blanca al empresario paraguayo Carlos Gill Ramírez, que migró en su infancia a Venezuela y tiene su residencia en Caracas. Este empresario fue el que compró las acciones de la Cruz Blanca perteneciente al consorcio Luksic, aclarándose que se trata de la mayor parte de acciones, aunque no todas porque casi la mitad de las mismas está en poder de los "fondos de pensiones de Bolivia".
Por lo visto esa situación no estaba muy clara y se la mantenía en reserva, lo que permite pensar en que buena parte de la ENFE puede manejarse con cierto tipo de administración boliviana para encarar la reestructuración del servicio ferroviario en sus dos redes operables en el país.
Según el empresario Gill, en el caso de ENFE ya efectuó una inversión de 100 millones de dólares que se han utilizado en la renovación de locomotoras y vagones, aunque tal beneficio apunta a mejorar el trabajo en la red oriental.
Un dato importante es que la capacidad de carga de la red ferroviaria nacional, alcanza a tres millones de toneladas, de cuyo total 1,8 millones se mueve en la zona oriental y 1,2 millones de carga opera la red occidental o andina. Según el nuevo socio de ENFE, en los próximos tres años se fortalecerá toda la red, aumentando el "parque tractivo y de remolque, que significa el uso de más locomotoras y vagones, con lo que se consolidará un reajuste positivo en los planes de la empresa ferroviaria hacia el 2021.
La administración de ENFE tal parece que no tendrá modificaciones ya que su desarrollo estará manejado por el socio mayoritario, que en un primer análisis de dirigentes sindicales del sector, tiene buenas perspectivas para mantener la estabilidad laboral de todo el sistema y ampliar paulatinamente otros servicios para mejorar el transporte de carga que parece ser la parte importante del negocio, sin desestimar el invalorable beneficio social que constituye en nuestro país el transporte de pasajeros en el ferrocarril.
Se ha reclamado de manera permanente y esto en lo que corresponde al ramal occidental, rehabilitar el tramo Oruro - Cochabamba y viceversa que permitía la conexión, por un lado con las estaciones del sur del país, caso de Uyuni, Atocha, Villazón y conexión con Argentina o con la variante hacia Antofagasta, para seguir al interior de Chile, mientras que en el otro lado, desde Cochabamba completar un tramo corto hacia Aiquile y empalmar con la red oriental, hasta el Brasil.
Hay algunas muestras de mejorar el trabajo en la estratégica Empresa de Ferrocarriles, por lo que se demanda el cumplimiento de promesas para reponer el servicio que favorecerá a más de 100 estaciones intermedias que vivían con el paso del tren en la red andina.
Fuente: La Patria
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