Mentiras de conveniencia: "guerras aseguran la paz"
09 dic 2015
Armando Mariaca V.
La historia de la humanidad muestra cómo los grandes desastres, con la muerte de millones de personas y la destrucción de bienes que eran de beneficio para los pueblos, se deben a las posiciones de conveniencia de quienes poseían poder y buscaban su incremento y duración indefinida como han sido los tiranos, dictadores y elementos que han servido al mal bajo el pretexto de que era para el bien de sus pueblos.
Los Nerón, Hitler, Stalin, Idi Amin Dadá, Calígula y otros que ostentaron los títulos de emperadores, presidentes, gobernantes, conductores, caudillos han usurpado el poder político de sus países mediante el uso de las armas y, sobre todo, del "arte de matar", convulsionar y anarquizar a poblados con el dominio de la fuerza, del dolor y de la muerte; han alcanzado la condición de haberse convertido en "los caballos del Apocalipsis" con la consigna de que "combatían para asegurar el bienestar y la paz de sus pueblos".
Muchas veces, algunos historiadores, como justificando esas acciones, señalaron que lo hecho por esos extremos fue para "cambiar mentalidades y procedimientos, para imponer mejores ideologías, para sentar reglas que ayuden a mejorar la vida"; que, finalmente, en casos, fueron equívocos que la humanidad absorbió.
Los pretextos han sido creados para justificar los errores, para mostrar los males como fines para conseguir el bien; los instrumentos para matar con propósitos de dar nueva vida a las naciones; el desarrollo de las guerras con millones de víctimas y pérdidas cuantiosas para conseguir que la paz sea permanente; en suma, aplicar el dicho (pretexto) "Si vis pacem, para bellum" (Si quieres la paz prepárate para la guerra); es decir que si los pueblos ambicionan vivir en paz y concordia, en desarrollo y disfrute pleno de los bienes que poseen, deben estar preparados para matar y destruir.
Las políticas para hacer del hombre el mayor enemigo del hombre, han adquirido cada vez más contundencia porque se ha utilizado las ciencias, la tecnología y los bienes económicos para perfeccionar los instrumentos que sirven para cegar la vida. La hipocresía de los dirigentes del mundo ha mostrado las facetas y beneficios nominales de una paz para crear nuevos motivos para desatar guerras y conflictos que, con la alianza, cooperación y complicidad del narcotráfico y la corrupción dominan a la humanidad mediante el miedo, el terror, la certeza de que tan sólo con el 5% del poderío nuclear es posible la destrucción de todo el planeta. Las mentiras de conveniencia continuarán mientras los dirigentes del mundo no tomen conciencia de que la vida humana es un don de Dios y nadie, por poder que tenga, tiene derecho a destruirlo como se lo hace permanentemente en lugar de combatir el hambre, las enfermedades, la carencia de educación y la falta de principios y valores porque las desavenencias y enfrentamientos destruyen las virtudes.
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