Nuestro lago Poopó está herido de muerte y la contaminación, asà como la reducción del agua que almacena es cada vez más angustiante para los pobladores originarios de la zona circunlacustre, los Uru Muratos, quienes como expertos pescadores ven frustrados sus anhelos de tener una buena pesca, asà como una abundante producción de pejerrey, lo que demuestra que la vida silvestre y el propio hábitat natural está en proceso de depredación acelerado.
Muchos fueron los anuncios para llevar a cabo campañas de mitigación ambiental del ecosistema circunlacustre, pero quedaron en eso, simples anuncios y se gastó mucho dinero a nombre del lago Poopó, los Uru Muratos que son sus principales custodios y hasta una promoción injustificada por demostrar que existió una aparente "buena administración" de los recursos de la cooperación internacional para la remediación y conservación del lago Poopó.
El trabajo emprendido desde el proyecto denominado "Programa Cuenca Poopó" en definitiva no reportó ningún beneficio para los originarios pobladores Uru Muratos ni para preservar, conservar y mantener el emblemático lago Poopó, puesto que se destinó fondos provenientes de la ayuda europea a la redacción de planes de desarrollo y cartas orgánicas en municipios, acciones de forestación, construcción de diques de colas, sistemas de riego, que resultan ser paliativos como la formulación del Plan Director de la Cuenca Poopó que tiene sólo lineamientos y no alcanzó acciones efectivas para aumentar el volumen de agua en los lagos Poopó y Uru-Uru.
Esas acciones que propugnaban la remediación de la Cuenca del lago Poopó como un espacio ambientalmente restaurado con biodiversidad adecuadamente conservada que deberÃa manejar sosteniblemente sus recursos hÃdricos, suelos, flora, fauna y minerales en un marco de acceso participativo y comprometido, respetando a la Madre Tierra para el Vivir Bien, quedó sólo en eso, un enunciado de una propuesta cuya misión y objetivos generales, a mediano y corto plazo no se cumplieron.
El descuido por la preservación de nuestro lago entonces es eminente, puesto que ninguna autoridad departamental ni nacional, tampoco hizo un seguimiento del curso de las aguas que vienen desde el lago Titicaca, que tiene curso internacional y que a su paso por la región del Perú, pierde su caudal debido a la construcción de represas en varios sectores del vecino paÃs, lo que ocasiona la reducción en el espejo de agua del mismo Titicaca y del Poopó, con la consiguiente desaparición del Lago Uru-Uru.
Asà los primeros pobladores del Altiplano boliviano, integrantes de la Nación Originaria Uru, que resulta ser la única reconocida por el Estado, viven en total abandono entre la desesperanza y frustración, por descuido y negligencia de las autoridades y la falta de control y seguimiento de los proyectos, programas y acciones que se ejecutan, supuestamente para beneficiar a los últimos pobladores de la etnia primigenia de nuestro continente de los Urus Chipayas, Muratos e Iruhitos con una antigüedad de 4.500 años.
Nuestros emblemáticos pobladores originarios que preservan su identidad, raza y cultura, viven en condiciones de extrema pobreza y la necesidad les obliga a buscar medios alternativos de subsistencia en el comercio y otros trabajos, incluso migrando a la República de Chile, donde son expertos agricultores y se dedican a producir legumbres, hortalizas, frutas y hasta flores, estas últimas para la exportación, consiguiendo asà algo de dinero para sobrevivir en Bolivia, donde tienen que soportar con estoicismo la falta de atención de las autoridades.
La tenacidad de los integrantes de la etnia más antigua de nuestro continente y la primera en poblar el Altiplano Boliviano, permitió vencer al incario y la colonia, para preservar su raza, cultura, lengua originaria y hasta su vestimenta y forma circular de sus viviendas, sin recibir nada de los gobiernos de turno y más todavÃa del actual que dice tener su sustento y base social en la naciones originarias, que resulta ser un enunciado frente a la dramática situación de los Urus.
Sólo la fortaleza de los aguerridos Urus, permite mantener el territorio de los tres ayllus en Chipaya y las comunidades de Puñaca Tinta MarÃa, Llapallapani y Villañeque de los Uru Muratos en márgenes del lago Poopó y otra de los Urus Iruhitos que viven en las márgenes del rÃo Desaguadero en zona próxima al lago Titicaca, donde los Urus son expertos pescadores.
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