Hernández Giner, fue humilde, generoso y campesino. Nacido en Orihuela, en 1910, en plena campiña alicantina, teatro de las novelas de Gabriel Miró, fue perseguido en su vida por un sino sangriento, pese a su franciscana resignación y dulzura: Me llamo barro; aunque Miguel me llame. / Barro es mi profesión y mi destino�
Soldado de la República, durante la Guerra Civil que cubrió de rosas de sangre los caminos de España, al terminar la lucha, cae preso, y tras vanos intentos de fuga al extranjero y una larga peregrinación por las cárceles de Huelva, Sevilla y Madrid, al fin muere en la de Alicante, devorado por la tuberculosis y la miseria. Adivinaba que habÃa "nacido para el luto".
De sangre en sangre vengo
como el mar de ola en ola
vine con un dolor de cuchillada,
me esperaba un cuchillo a mi venida,
me dieron a mamar leche de tuera,
zumo de espada loca y homicida,
y al sol el ojo abrà por vez primera,
y lo que vi primero era una herida
y una desgracia eraÂ?
Y esta otra vÃctima de la pasión polÃtica, amaba a la Madre España con locura, y emociona su lamento:
Las cárceles se arrastran por la humedad del mundo,
van por la tenebrosa vÃa de los juzgados:
buscan a un hombre, buscan a un pueblo,
lo absorben, se los tragan.
Y la tristeza de España, le hace exclamar:
La vejez en los pueblos.
El corazón sin dueño.
El amor sin objeto.
La hierba, el polvo, el cuervo.
¿Y la juventud?
En el ataúd
Tan grande como infortunado poeta, nos dejó obras como Perito en lunas, publicada en 1936, y El rayo que no cesa. Su aventura guerrera le hizo producir Viento del pueblo, (Valencia, 1936) y pequeñas piezas de circunstancias, hizo teatro como GarcÃa Lorca, dejando dos obras teatrales que nos dicen de su talento: Quien te ha visto y quien te ve, y El labrador de más aire.
en el rostros más fiero y en el lomo más fuerte.
¡Serán tal vez los potros de bárbaros atilas,
O los heraldos negros que nos manda la MuerteÂ?!
Y dice con el mismo espÃritu:
Como viejos curacas van los bueyes
camino de Trujillo, meditandoÂ?
Y al hierro de la tarde, fingen reyes
que por muertos dominios van llorandoÂ?
Llegado a Lima, sufre la conspiración del silencio de los literatos adocenados, cultores de un arte de influencias pluricolores y artificiales, y es tan hostil el ambiente, que hace el camino del retorno a la aldea nativa, profundamente resentido, para comprometerse, en un golpe preparado por el APRA, en Trujillo, Cae preso, y como Hernández Giner, canta en la cárcel:
Obtenida la libertad y decepcionado de todo, marcha para Europa, donde encontrarÃa la miseria y la muerte. Una inmensa desazón le acompañaba en su peregrinaje, pues como poeta, es decir, como vidente en las nieblas del futuro, adivinaba su encuentro con Nuestra Señora de la Muerte, en una miserable buhardilla de un hotel pobre de ParÃs, en una tarde gris, en la que el cielo parecÃa llorar su partida, presentimiento que se cumple:
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.