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Domingo 06 de diciembre de 2015

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Revista Dominical

Ser modelo

06 dic 2015

Fuente: La Patria

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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Tendríamos unos 12 ó 13 años, aún éramos unas niñas, pero nos considerábamos mayores y muy maduras, acabábamos de pasar a la Secundaria y las más organizábamos unos desfiles de modas que los chicos, principalmente, disfrutaban mucho.

No está demás reparar en que antes, en los colegios particulares no se usaban uniformes. Las modelos eran las chicas más populares del curso, las más extrovertidas, desenvueltas y amigueras, las tímidas por lo general sólo miraban y deseaban ser como las compañeras más sociables, que no tenían reparos en doblar sus pantalones para fabricarse unas bermudas, o subir sus blusas y anudarlas al frente para crear un efecto más provocativo.

Los pasillos, en las horas de recreo, eran las improvisadas pasarelas por donde se contoneaban con gracia y coqueteo las modelos del curso, pero pasado el tiempo, a saber, ninguna de ellas siguió la carrera de modelaje, sino que se convirtieron en mujeres modelos de madres o profesionales en diferentes áreas.

Así como casi toda niña quiere ser princesa, casi toda pequeña mujercita desea en su fuero más íntimo ser una modelo de pasarela.

Revisemos un poco sobre el significado de la palabra modelo. Según el diccionario Larousse, quiere decir ejemplo a seguir o a imitar, un modelo de persona es quien se posee cualidades dignas de ser imitadas, por lo tanto, se supone que la escala de valores de éstas es alta y se convierten en todo un paradigma o prototipo de gente con la capacidad de ser copiado.

Las niñas que desean o anhelan ser modelos, ven en esas mujeres que se pasean por las pasarelas personalidades deslumbrantes, bellas, proporcionadas y glamorosas, y, al ser sujetos de la admiración de millones de personas parece que sus vidas son igual de fascinantes y felices, lo cual no es regla general, pero las pequeñas no ven lo que hay detrás de la famosa, ya que su vida privada es un misterio y su vida pública es la que encandila y asombra.

No obstante, en el mundo de la farándula existen cosas que son todo menos glamorosas o espectaculares, al menos en las vidas privadas de esas estrellas, que en público son rutilantes, pero en casa son personas como todos, con defectos y virtudes, que tienen penas y alegrías, algunas inclusive usan su glamour sólo como fachada para esconder lo vacías y sosas que son sus vidas, por lo que suelen deprimirse y aferrarse a nocivas prácticas como el beber alcohol en exceso, drogarse o doparse.

Una persona que se convierte en figura pública debe cuidar mucho su imagen, porque existen otras por detrás que la están observando e inevitablemente seguirán su ejemplo.

En los días recientes se llevó a efecto el certamen de belleza Miss Expoteco 2015, en el que se eligió a la más bella azafata o modelo de la feria Exposición Exposición Tecnológica, Económica, Cultural y Comercial de Oruro (Expoteco). Por un error del presentador, Sixto Nolasco, se coronó a quien ocupó el segundo lugar y a la que mereció el título se la coronó como Señorita Expoteco 2015, cual si hubiese obtenido el segundo puesto. La controversia quedó servida cuando treinta minutos después de haber sido coronada la segunda ganadora, le pidieron que devuelva la corona por haber existido una equivocación.

La ganadora organizó una conferencia de prensa y visitó los diferentes medios de información para recalcar que ella había sido la ganadora. La que quedó por error dueña de la corona y banda, que no quiso devolver, paseó por los diferentes medios señalando que quedó humillada y afectada psicológicamente por el error.

Extrañó el proceder de esta muchacha que en lugar de aceptar el error del maestro de ceremonias, se colocó la banda y la corona, paseándose por toda la feria, visitando diferentes medios de comunicación, para dejar sentado que ella había sido la ganadora, en muchos casos causando la confusión de la ciudadanía que no asistió a la elección, pues existían dos versiones diferentes de lo ocurrido.

¿Son estas actitudes las que nos gustaría que nuestras niñas imitaran?, ¿queremos que vivan compitiendo por ser físicamente bonitas sin que cultiven su interior?, ¿qué nos dice la forma de actuar que están mostrando al público aquellas muchachas que quieren brillar a como dé lugar?

Está bien que por amor propio las adolescentes y jovencitas cuiden su cuerpo, que se arreglen y se vean bonitas, pero también deben cultivar su interior, su mente a través de los estudios, su espíritu, preocupándose por lo que ocurre a su alrededor, en su entorno, en su país, en su mundo.

Vale mucho una muchacha que posee belleza física, pero más valiosa aún es una mujer que cultiva su saber, y no tiene precio la que además desarrolla su espíritu, siendo altruista y solidaria con los demás.

Fuente: La Patria
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