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Domingo 11 de abril de 2010

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Revista Dominical

Los caminos de Víctor Montoya por la literatura infantil

11 abr 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Gaby Vallejo Canedo

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Víctor Montoya, un estudioso de la literatura del país que vive en Suecia y que no puede con sus raíces --que le hacen volver imaginariamente a la patria no obstante su universalismo-- hace su incursión exitosa en el territorio del ensayo sobre la literatura infantil y en el mundo de la lectura.

El libro se titula justamente “Literatura Infantil, Lenguaje y Fantasía”. Fue editado por la editorial cruceña La Hoguera dentro de la colección de Ensayo.

Como escritor ubicado en el mundo contemporáneo sabe que la literatura infantil ocupa cátedras, congresos, seminarios, revistas especializadas, concursos, bibliotecas, encuentros de escritores, ilustradores, editores especializados en libros para niños y que su Bolivia, en este rubro, se encuentra casi en la “Edad Media”. De ahí su empeño de juntar diversos artículos de su autoría publicados en oportunidades distintas para ofrecer este libro necesario a padres, profesores, escritores.

Frente a la actitud de menosprecio o de indiferencia en relación con los libros para niños en nuestro país, Montoya, escribe 215 páginas de reflexiones e informaciones de peso alrededor de algunas de las mejores páginas dedicadas a los niños y sobre temas relacionados con su lenguaje y sus juegos.

Antes de Víctor Montoya --puedo estar equivocada-- sólo Elda de Cárdenas y yo escribimos, en nuestro país, libros de reflexión, análisis y propuestas de animación a la lectura y a la literatura infantil. Por tanto, es altamente grato, que aún viviendo largamente en lejanas tierras, Víctor Montoya, ofrezca un aporte substancial en este ámbito.

Para los ávidos lectores de Internet, recomiendo que vean algunas páginas de este aporte de Víctor Montoya en Mangrullo, una revista argentina de literatura infantil y lectura de la Internet, lo que significa el reconocimiento de la importancia de sus indagaciones sobre los niños y sus lecturas.

Para satisfacción nuestra, del Taller de Experiencias Pedagógicas y del IBBY Bolivia, algunos de sus planteamientos fueron publicados en las Memorias del II Congreso Nacional del IBBY, bajo el nombre “La Importancia de las Ilustraciones en la Literatura Infantil” (2002) y en las memorias del III Congreso Nacional del IBBY, “El Libro de Texto” (2004), ya que el autor envió sus trabajos en calidad de ponencias y fueron incorporadas en las memorias.

Del mismo modo, Víctor Montoya dio la autorización de publicación de los capítulos titulados “La Tradición Oral Latinoamericana”, “El Desarrollo Idiomáticos de los Niños” y otros en el volumen de ensayos “Abriendo Puertas” publicado en 2003, por el PEN-Bolivia, demostrando de este modo, su compromiso con el país, los maestros y los eventos desarrollados en Bolivia.

Mientras Víctor Montoya ingresa al pensamiento universal sobre libros para niños y nos habla de Astrid Lindgren, Lewis Carroll, mientras se ha leído a Bettelheim y sus psicoanálisis de los cuentos de hadas, mientras se cuestiona sobre la violencia de los superhéroes infantiles del sistema capitalista, mientras descifra los símbolos que están presentes en el imaginario de los cuentos y teoriza con ayuda de otros teóricos del área, la mayoría de los escritores bolivianos para niños siguen buscando enseñar buenas conductas a través de los cuentos para niños, asociados a un espacio tremendamente didactista como es la escuela.

En el libro Montoya reflexiona desde los orígenes de los relatos antiguos que nutrieron nuestro imaginario hispano atravesando por los mitos indígenas americanos y bolivianos, para llegar a explicaciones sobre el lenguaje infantil, las ilustraciones en los libros para niños, los roles sexistas de los cuentos infantiles.

Por el alto respeto que la infancia le merece, nos dice en algún fragmento: “La literatura infantil requiere de una cuidadosa elaboración. No es suficiente la puerilidad en la cual caen varios autores intentando aparentar sencillez o sentirse al nivel de la mentalidad infantil. Lo esencial estriba en que esta literatura reúna algunos requisitos fundamentales”. Y Montoya los va señalando detalladamente, en todo un capítulo.

Copiamos solamente algunos fragmentos para invitar a los docentes y padres, sobre todo, a acercarse a este libro orientador. Este libro se encuentra al alcance de sus manos desde el año 2003, en puestos de venta vinculados con la editorial La Hoguera, pero ha sido sólo medianamente difundido por la propia empresa editora, como una prueba más de lo mucho que hace falta en Bolivia cambiar el pensamiento sobre la literatura infantil, la lectura, la televisión y su relación con la formación de hábitos, toma de decisiones, comportamientos de los niños de hoy.

Veamos: “La literatura infantil moderna ha dejado de ser un instrumento didáctico de adoctrinamiento para convertirse en un medio a través del cual el niño tiene todo el derecho a la fantasía y recreación lúdica (…) un buen libro de literatura infantil puede ser también una maravilla para los adultos, como lo son para los niños”.

Veamos lo que dice con referencia a la construcción de estereotipos de violencia en la íntima e invisible mentalidad de los niños: “La sociedad contemporánea no cesa de bombardear con juguetes que, al margen de liquidar la inventiva natural de los niños, acrecientan su agresividad. Los niños juegan cada vez más con juguetes que están relacionados con la muerte y el poder del más fuerte. Unos aprenden a reproducir el estampido de las balas con la boca, en tanto, los más débiles, aprenden a simular la muerte entre estertores de agonía (...).

Los niños viven obsesionados con los juguetes de guerra que las industrias comerciales fabrican para satisfacer la demanda de los consumidores (…) toda forma de violencia experimentada por el niño, tanto en su entorno social como en los programas de la televisión comercial, es un factor que influye en su estado emocional y un poderoso medio que estimula su agresividad…” (Pág. 164-5).

Como un testimonio de la importancia y la dificultad de escribir buenos libros para niños, Montoya incluye una cita de Julio Cortázar que fue la respuesta cuando le propusieron escribir para niños: “Con mucho gusto lo haría, pero es demasiado difícil para mí, porque a los niños no se los puede engañar”. Quiso decir que no todo lo que se publica con el rótulo de “literatura infantil” es literatura.

Hemos presentado a Montoya y su ensayo sobre la literatura infantil. Para los que no lo conocen, es apenas una punta del hilo de su vasta producción. Recomendamos: “El Niño en el Cuento Boliviano“, “Cuentos de la Mina”, “El Eco de la Conciencia”, “Fugas y Socavones”. Leerlo es apenas pagarle un poco lo que hace por mantener su Bolivia viva en su producción.

(*) Gaby Vallejo Canedo es narradora y ensayista cochabambina. Licenciada en Ciencias de la Educación y fundadora del Comité de Literatura Infantil y Juvenil en Bolivia.

Fuente: LA PATRIA
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