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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Abundan las formas de robo - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Hay un tema inevitable en nuestros medios de comunicación social: los hurtos, ya que se habla permanentemente de robos, coimas, corrupción, administraciones fraudulentas, cantidades ingentes de dinero derivadas a lugares y personas por los que no han sido ofrecidos. Se roba a placer, comenzando por los ejecutores de la Justicia, hasta los ministros y secretarios; desde los empleados de las Aduanas hasta los encargados de impedir el contrabando.
"Entre las deformaciones del sistema democrático, la corrupción polÃtica es una de las más graves porque traiciona al mismo tiempo los principios de la moral y las normas de la justicia social; compromete el correcto funcionamiento del Estado, influyendo negativamente en las relaciones entre gobernantes y gobernados; introduce una creciente desconfianza respecto de las instituciones públicas, causando un progresivo menosprecio de los ciudadanos por la polÃtica y sus representantes, con el consiguiente debilitamiento de las instituciones. La corrupción distorsiona de raÃz el papel de las instituciones representativas, porque las usa como terreno de intercambio polÃtico entre peticiones clientelistas y prestaciones de los gobernantes. De este modo, las opciones polÃticas favorecen los objetivos limitados de quienes poseen los medios para influenciarlas e impiden la realización del bien común de todos los ciudadanos" (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Nº 411).
Claro que en un paÃs tan digno como Bolivia, nadie roba. Acá solamente se alza, se recupera, se impide que algo se pudra. Pero robar no, eso parece propio de otros.
Indudablemente que se trata de una transgresión social y religiosa de suma importancia. La negra tradición de nuestra patria ha quitado a su gravedad, pero cualquiera que sea el nombre que se le da a la acción de apoderarse ilÃcitamente de lo que no es suyo, es un gran vicio social y una mancha moral.
Robar no solo es apoderarse de lo ajeno mediante un fuerte tirón a una cartera o por la hábil sustracción de una maleta al viajero distraÃdo. Hay formas de robo que son muy usuales en nuestra sociedad, y que mucha gente no considera como tales. Por ejemplo:
- Retener deliberadamente bienes prestados u objetos perdidos.
- Defraudar en el ejercicio del comercio, exigiendo más precios que los que corresponden a los objetos vendidos.
- Pagar salarios injustos.
- Los trabajos mal hechos.
- El fraude fiscal.
- La falsificación de cheques y facturas.
- Los gastos excesivos.
- El despilfarro.
- El causar voluntariamente un daño a las propiedades privadas.
Son procedimientos muy en boga en nuestra sociedad y que quizás no se consideran robos, porque sus protagonistas son gente de guante blanco, o, porque se tiene la torpe idea de que no es hurto sino lo que se arranca de un bolsillo ajeno.
Son pocos los que, verificando algunas de estas formas de robo, se confiesan de sus acciones. Y son menos aun los que, una vez confesado su pecado, piensan que no todo ha terminado ahÃ, sino que, para el perdón de sus robos, no basta la absolución del sacerdote, sino la intención y la procuración de devolver lo que se ha robado, que nunca podrá ser suyo, por muy largo que sea el tiempo que lo tenga en su poder.
(*) Director Nacional Pioneros de Abstinencia Total
german_mazuelo_leyton@yahoo.com
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