Una declaración presidencial, poco antes del verificativo de las elecciones del pasado 4 de abril, parece que surtió el efecto boomerang y cambió la opción de algunos ciudadanos que realmente quieren su terruño y esperan que al elegir ciertas autoridades puedan cumplirse tales anhelos.
La implícita amenaza del Primer Mandatario en el sentido de que “no trabajará con opositores”, puso a prueba el valor de la dignidad ciudadana para buscar lo que realmente quiere, pese a cualquier advertencia. Hay frases, palabras que pronunciadas no tienen vuelta, aunque luego se las lleve el viento…la idea queda, el sentido puede tener diferentes interpretaciones pero la intención de restar posibilidades a los opositores es lo menos que debería expresarse sabiendo que los recursos nacionales deben servir de manera ecuánime a la gente de todos los municipios sin excepción alguna.
Pasaron las elecciones y los resultados registraron algunas sorpresas y ciertas modificaciones en la conducta del electorado que por lo visto alteró el “mapa político” que tenían inicialmente visualizado los oficialistas y que cambió con la irrupción de los opositores particularmente en las alcaldías.
Las opiniones de ambos “bandos” tiene que entenderse como producto de la simple opinión partidista, nadie quiere reconocer un retroceso y menos una derrota, pero es más complicado el asunto cuando la realidad muestra un cambio conductual que puede profundizarse si no se adoptan posiciones más prácticas y más abiertas para manejar el futuro administrativo departamental.
Los fondos del Estado tienen que servir a los bolivianos, no importan dónde se ubiquen geográficamente o qué autoridades hubiesen elegido, lo que vale es que todos tienen el derecho de reclamar lo que en justicia les corresponde y en tal sentido la respuesta gubernamental no puede ser otra que la manifestada por el Ministro de Hacienda que compromete apoyar las iniciativas y el trabajo de las “autoridades opositoras”.
El dignatario de Estado Luís Arce refirió que “en el pasado – el Gobierno – actuó equilibradamente y apoyó la generalidad de proyectos”, aclaró sin embargo que se pueden presentar problemas cuando “no hay transparencia en el manejo de los fondos públicos y cuando ejecuciones presupuestarias no son legalmente reconocidas”.
Así planteado el esquema, despejada la amenaza presidencial queda la esperanza de que en la nueva gestión los bolivianos sientan la satisfacción de recibir parte de recursos que le pertenecen y que deben impulsar el desarrollo de sus regiones, sin restricciones políticas y menos bajo presiones ejercidas desde el poder central contra opositores.
La aplicación del cambio estructural administrativo del país, la vigencia de la nueva Constitución, el desempeño de las nuevas autoridades nacionales sean gobernadores o munícipes, dependerá de las condiciones que sean creadas con sentido de ecuanimidad para que ningún boliviano quede al margen de los
beneficios que le otorga el uso de sus propios recursos naturales, los que deben ser utilizados equitativamente con sentido de plena solidaridad.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.