Viernes 27 de noviembre de 2015
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Las preguntas sugestivas, insinuantes o con retruécano se podrÃa añadir, merced a la belleza y a la riqueza de nuestro idioma, son aquéllas que, en lugar de instar de una manera neutral a seguir indicaciones, insinúan una respuesta determinada o querida. También se las llama conductivas, porque dejan entrever con mayor o menor intensidad cuál es la respuesta que el interrogador (juez o fiscal) espera.
¿Cuál es el peligro que encierra esta técnica?, que puede convencer al declarante, sea testigo o imputado, a dar la respuesta que se le insinúa o conduce, aunque esta no corresponde a la verdad de los hechos. El precitado peligro se incrementa en los testigos indiferentes, proclives o propensos a confirmar simplemente, sin mayor reflexión o examen, lo que, a su juicio, el interrogador en la declaración quiere que le respondan; en aquellos testigos o imputados, aunque no indiferentes, son por naturaleza muy sugestionables y, por último, en los que, por la debilidad o endeblez de su desarrollo (niños y ancianos) se dejan influenciar fácilmente.
