Jueves 26 de noviembre de 2015
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El referéndum, ¡qué manera de agitar la fronda otra vez! El maleficio nos persigue. Hay polÃticos con esa sola y única aptitud. Nacieron para eso. Sin el afán proselitista, ¿de qué se ocuparÃan? Su audacia es someter también a los otros para tenerlos ocupados y evitar que reparen en la tormenta que rojea en el horizonte. De ese modo nos hacen a todos "electoreros", y somos como tontos útiles al servicio de los vivos inútiles.
La última decisión del macro sindicato legislativo, ha rebasado el vaso. Antes, cuando menos se sabÃa el motivo real o aparente; ahora ni eso. Prevalidos de lo que tienen allÃ, mandan y hay que obedecer. "El pueblo que diga", repiten; como si el "pueblo" estuviera a su disposición para utilizarlo en cualquier momento, para cualquier cosa. En la Villa Imperial surgió una reacción inédita. Los potosinos han decidido cobrar cara la dignidad ofendida. Se han instituido en lÃderes de la resistencia cÃvica. La lucha ha empezado.
Todo tiene un lÃmite. Cuando se sobrepasa cierta tolerancia razonable, por humildad, por impotencia o por lo que sea, la consecuencia inevitable es radicalizar con otra esencia la reacción. Ya no es sindical ni polÃtica. La oposición al ser expandida por encima de otras diferencias se ha transformado. Se ha situado en un nivel cualitativamente superior; la causa se ha vuelto moral y cÃvica. Y no es sólo una región la damnificada; es el paÃs que está amenazado de perder sus libertades.
