La noticia sobre los resultados de las elecciones en Argentina giran en todo el mundo y con diferentes titulares como por ejemplo: "Argentina, fin de ciclo"; "Conservador Macri gana en Argentina"; "Con méritos propios y votos contra Cristina", solo para mencionar algunos y una amalgama de análisis sobre los resultados.
Hay un resultado y es la única verdad, más allá de los logros del actual gobierno argentino, hay que ser modestos y humildemente aceptar que algo no se hizo bien durante los últimos años del gobierno kirchnerista, no hay que buscar lejos, los errores, "las metidas de pata" como dirían algunos, podrían estar en el mismo gobierno, o en la forma de encarar y prevenir sus problemas sociales, peor aún y no sería de extrañar sobre el negativo accionar y comportamiento de algunos funcionarios de estado ó de la dirigencia del partido gobernante.
Argentina no es la excepción, en casi todos los países una vez que se asume el poder aunque sus líderes tengan la mejor intención se sumergen en el poder, a esto se suma un pequeño círculo de colaboradores que los rodean que no siempre reflejan la realidad de sus países o no realizan una adecuada lectura política de sus coyunturas, como pareciera que fue así en estas últimas elecciones.
En este caso serán los argentinos y sus líderes que hagan una evaluación y una autocrítica real y objetiva junto a sus bases para bien de su población y así redireccionar la conducta política y el nuevo papel desde el otro lado de la línea, tanto para la nueva oposición como para el nuevo partido gobernante.
Este resultado desde Argentina tiene su efecto político para gobernantes y opositores de otros países de Sudamérica, aunque algunos digan que "cada país tiene sus propias características", en algunos países hay los mismos errores y las mismas actitudes negativas de algunos funcionarios de estado que podrían llevarles a peores resultados.
También se vio que no se trata de partidos o grupos de derecha o de izquierda, se trata verdaderamente de hacer una nueva forma de hacer política, se trata de nuevos líderes que no olviden sus principios personales y políticos, sin olvidar su procedencia, pero aún más importante sin olvidar sus compromisos públicos y sus ofertas electorales, sin olvidar a quienes los llevaron al poder es decir al electorado de a pie.
Lo positivo del proceso electoral argentino es que nuevamente se reafirma políticamente el sistema democrático de convivencia, que al igual que millones de argentinos, hay millones de latinoamericanos que queremos vivir en democracia y democráticamente elegir a nuestros gobernantes, en democracia elegir el destino de nuestros países, que democráticamente podemos cambiar la forma de gobernar en beneficio de la población mayoritaria que en algunos países siguen siendo olvidadas.
En definitiva, Argentina y su efecto político, abre nuevas expectativas para la clase política gobernante y opositora de Latinoamérica, pero fundamentalmente para la población votante que quiere vivir mejores días y con justicia social.
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