Ni loco para leer esos versos de la novela que estaban escritos por uno de mis personajes principales, y están escritos para el argumento de la obra, por eso preferà escuchar:
HabÃa calidez en todos. Jeannette Montoya susurró: "Ella es tu sal, tu sudor, tu humo.
Pero la noche para mà fue la de los micropoemas sicarios:
"¿Y si te asesino de una vez? me dijo y levantó el brazo dejándolo caer sobre mi pecho como un sable impulsado por un meteoro. Mi corazón se ruborizó (se hizo un chuño) al verse desnudo, y todo en mi cuerpo abierto se puso colorado: Los machos no lloran, me dijo. Afuera un coyote desollaba a una oveja negra".
Me impresionó Yarko Rhea Salazar que fue leyendo su trabajo con una voz adecuada a esa noche de primeros frÃos otoñales en un suburbio de Gotemburgo.
"Lucha como un huracán la narcochola cachascán, y fascinada está que su pretendiente sicario riegue el asfalto que lleva a su palacio, con cuencos portando los ojos de su adversario".
Yarko vive en Gotembrugo desde 1981, trabaja en la Casa de la Cultura de Hammarkullen a cargo de proyectos con niños en edad escolar, es una barriada con muchos inmigrantes y refugiados de los cuatro puntos cardinales.
Me dio la mano y yo me fui con su narcochola y sus zombis. No me quedaba más remedio "que sumarme al periplo inexorable del vómito de fuego".
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.