Domingo 22 de noviembre de 2015
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El caso "terrorismo-separatismo" está en terapia intensiva, sin esperanzas.
Jueces, fiscales, abogados y testigos del gobierno se odian mutuamente. Y parece que odiaran también a sus mandantes.
Es que están a cargo de un mamarracho, de un engendro mal concebido, mal diseñado y peor ejecutado.
El problema que tienen en estos días es que el fiscal no quiere que se escuche a uno de sus propios testigos. Sí, eso. Y el juez, que también sabe lo que dirá el testigo del gobierno, colabora para que no se lo escuche. Las audiencias se suspenden, todos los días. Y se ve discutir a fiscales, jueces y abogados, todos ellos cansados de tanto ridículo.
Me recuerda a la obra de teatro "Seis personajes en busca de autor", de Luigi Pirandello. Esta vez es una conspiración de las evidencias, de los testigos de ambos lados, de los fiscales y los jueces del gobierno, que quisieran que todo esto acabara. Personajes en busca de una sana sepultura para el caso terrorismo-separatismo.
Busqué a mi amigo, el general Gary Prado Salmón. Lo encontré cuando salía de haber asistido a un intento, frustrado por enésima vez, de que en el proceso legal se escuche al testigo del gobierno, que supuestamente ha sido convocado para dar evidencias contra los acusados, pero algo saben quiénes lo convocaron que no lo quieren escuchar.