De acuerdo a las previsiones del Tribunal Supremo Electoral (TSE), desde la promulgación de la Ley de Convocatoria al Referéndum, se ha puesto en marcha la máquina preelectoral y la misma funciona en dos frentes, el oficial y el que se presenta en la oposición, en ambos casos en busca de lograr convencer a un electorado diverso en sus decisiones sobre el tema, aglutinar la mayor cantidad de adherentes por el Sí o por el No, sin figuras, fotos o colores.
Algo interesante es la seguridad que maneja el TSE, al señalar que "supuestos límites a la libertad de expresión en el proceso han sido levantados", eso significa que las partes en competencia están en pleno derecho de utilizar los medios de comunicación para encarar sus campañas, así de manera general, pero por supuesto con las restricciones que tienen los unos para acceder a los medios oficiales de los otros, algo que se superará con espacios que puedan ser concedidos y ojala bien aprovechados.
Como se vea el asunto hay marcadas dudas en un sector sobre la posibilidad de utilizar todos los medios en igualdad de condiciones, además de tener seguridad de que se cumplirá la restricción establecida por el TSE, para aprovechar las "entregas de obras" como parte de la estrategia oficialista. De no cumplirse la prohibición, se permitirá una ventaja descomunal a un frente que ya mostró alguna inclinación al aprovechamiento de actos oficiales para promover el Sí.
Si hay algo rescatable en el caso del sector opositor y de no haber variantes en su decisión, habrían logrado cohesionar ideas y recursos en un solo objetivo que es la búsqueda de votos por el No y justificar su campaña en esa dirección para captar la atención de un electorado altamente polarizado por las condiciones en que se avanza hacia el Referéndum.
La opinión pública tiene que saber por qué y para qué asiste a las urnas y el criterio que debe promoverse abiertamente debe aclarar que "el referéndum busca modificar el Art. 168 de la CPE para abrir paso a una segunda reelección presidencial continua, en lugar de una como señala el texto actual de la Ley".
En este contexto las organizaciones políticas y sociales del país han iniciado sus tareas proselitistas para promover en la conciencia ciudadana la responsabilidad de marcar Sí o No en la papeleta del referéndum de febrero próximo. Estos actores de promoción están habilitados a realizar propaganda política sin tener que registrarse previamente en el TSE. Es la variante con relación a procesos anteriores.
El otro detalle para tomarlo en cuenta, es que la normativa de campaña en vigencia prohíbe al Gobierno central, a los gobiernos subnacionales o las empresas del Estado a emitir spots o cuñas que contengan mensajes utilizando frases o imágenes que hagan referencia al Sí o el No. El reglamento cierra sus instructivos señalando claramente que "los distintos niveles del Gobierno deberán suspender su propaganda en cualquier medio de comunicación, incluyendo páginas web y redes sociales oficiales, desde un mes antes del referéndum".
Para que la maquinaria preelectoral funcione con los mismos engranajes para los dos sectores, sin limitaciones de ninguna especie, el TSE debe ser celoso guardián para que sean respetadas sus normas, de modo que los medios de comunicación no tengan ninguna restricción para informar y dar cobertura a todas las posturas de socialización política.
Fuente: La Patria
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