Como resultado de últimas y vigorosas gestiones para promover Bolivia en el ámbito internacional y captar inversiones para diversificar nuestra economía e incrementar su sistema productivo, se ha logrado avances muy interesantes ya que representantes de varias empresas industriales que participaron en una reunión de promoción en Nueva York, han mostrado interés por la oferta boliviana y están pendientes de algunos requisitos para definir sus inversiones.
En cuestión de pocos días en el evento que organizó el Financial Times, en EE.UU. por encargo de nuestro gobierno, el Primer Mandatario realizó una interesante gira por países europeos, logrando igualmente captar la atención de esos gobernantes para disponer negocios con nuestro Estado Plurinacional.
Lo evidente es que el momento resulta oportuno para abrir las puertas a un innovado proyecto de inversiones que permitan contrarrestar los efectos de una crisis generada por la caída de precios de las materias primas que exportamos, el caso de hidrocarburos y el gas de manera específica, pero también de minerales.
Pasado el auge de los buenos precios para nuestros recursos naturales, un largo periodo que se prolongó por una década, llegaron los tiempos de restricciones debido también a las presiones que ejercen las potencias económicas y que pueden manejar las economías de los vendedores de commodities, el caso nuestro, que obliga a tomar una serie de alternativas para evitar un colapso financiero y más bien repuntar en la perspectiva de diversificar la economía.
Lo negativo del tiempo inmediato pasado, es que lamentablemente en algunos rubros no se adoptaron previsiones de ningún tipo, como la minería que ahora es la más sensible a la baja de precios, estando en riesgo parte de su producción, el estatal y el cooperativo, también parte de la minería privada, por lo que abrir opciones de inversión de capitales externos puede ser un paliativo de alto valor para repuntar tal actividad.
En el caso de los hidrocarburos y la extracción y exportación de gas, se cumplen los convenios con Brasil y Argentina y con las inversiones que se han hecho, se espera contar con nuevas fuentes productoras de esa materia prima para sostener y mejorar los índices de ventas del energético, incluso a otros mercados.
En los contactos de nuestro Mandatario y autoridades que lo acompañaron se ha mostrado la imagen económica boliviana, sostenida en un buen colchón de reservas monetarias y un crecimiento del PIB, que coloca al país entre los de mayor seguridad financiera, lo que se convierte en un atractivo para hacer negocios arriesgando capitales, pero bajo condiciones de seguridad jurídica.
La oferta está lanzada, la respuesta ya tiene ciertos elementos positivos en el caso de algunas empresas y gobiernos, pero aún se mantiene como parte de una exigencia lógica, definir claramente las seguridades para invertir en el país, con reglas claras y condiciones propicias que sean un incentivo y no un castigo para los futuros inversionistas.
Salvada esa situación que ha sido remarcada también por el empresariado boliviano, las cosas pueden avanzar sin trabas y las condiciones de hacer buenos negocios de asociación mixta puede ser una nueva tónica para fortalecer el crecimiento nacional. La inversión pública del Estado, la contribución de la empresa privada nacional y la captación de inversiones externas, puede ser la fórmula ideal para garantizar el desarrollo nacional.
De lo que se trata es de dar seguridades para invertir.
Fuente: La Patria
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