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La palabra PotosÃ, proviene de Potojsi (gran estruendo). La leyenda dice que cuando los incas por orden de Huayna Cápac, querÃan explotar la plata que se encontraba en su seno, escucharon un gran estruendo (Potojsi) y seguidamente una voz amenazadora que les dijo: "no saqueis la plata de este cerro porque es para otros dueños". Personalmente no estoy de acuerdo con esta leyenda, que parece ser creada por y para beneficio de los españoles conquistadores, más parece una justificación que dieron estos para explotar sin escrúpulos ni misericordia la plata que guardaba en sus entrañas el Cerro Rico de PotosÃ. Además se hicieron llamar Huiracochas (dioses).
Creo más bien que los quechuas han debido explotar este mineral en pequeña escala, respetando al cerro que, para ellos era sagrado, era una huaca; montaña diferente a las demás que lo circundan, levantándose majestuoso y espléndido, por lo que en quechua es conocido como Sumac Orcko o "cerro hermoso".
Todos los cronistas de la época, entre ellos Bartolomé Arzans de Orsúa y Vela coinciden en que Diego Huallpa, indÃgena quechua, pastor de llamas que estaba al servicio del español Juan de Villarroel, fue en busca de una llama perdida, la noche le alcanzó cuando se encontraba en el cerro de PotosÃ, donde antes de dormir prendió fuego para protegerse del frÃo. Al dÃa siguiente al despertar vio un hilito de plata fundido, dicen que por un tiempo explotó solo y en secreto, pero después reveló el hallazgo a su Potosà y su Cerro Rico
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Huanca, pero surgieron desavenencias entre ellos y el secreto llegó a los oÃdos de los españoles, no tuvo más remedio que informarle a su amo del hallazgo.
Conociéndose ya la fabulosa riqueza que existÃa en el Sumac Orko, se fundó oficialmente la ciudad de Potosà por Diego de Zenteno, en la presencia de Juan de Villarroel y otros el 1 de abril de 1545. Años después para mejorar la explotación de la plata el virrey Francisco de Toledo, el organizador de las colonias en América, estableció el sistema de la mita o trabajo por turnos. La Mita, que en la época prehispánica ya se utilizaba, pero de buena forma, para que el trabajo en la mina y no sea agotador; los españoles ávidos de riqueza utilizaron este sistema para explotar más y mejor a los indÃgenas. Los indÃgenas mitayos venÃan de lugares alejados, trabajaban cuatro meses al año, eran reclutados por los caciques, la edad de ellos era de 18 a 50 años, debÃan enrolarse una vez cada 7 años, recibÃan un pequeño salario que disfrazaba la explotación. A medida que pasaba el tiempo empezaron a acortarse los tiempos de descanso, a finales del siglo XVIII, los descansos, los turnos y la mita misma habÃan desaparecido, el trabajo se volvió continuo, agotador y genocida.
Potosà por la riqueza que poseÃa se convirtió en uno de las ciudades más importantes del mundo; en 1650 tenÃa una población de 160.000 habitantes, la más populosa de América del Sur, superaba también a Londres y ParÃs. La plata se utilizaba en todo: herraduras, los altares de las iglesias, los caminos a las iglesias, se dice que se podÃa construir un puente que unirÃa América con España. Miguel de Cervantes Saavedra en su obra don Quijote de la Mancha le hace decir al Quijote, como un elogio máximo a las personas o a las cosas "vale un PotosÃ", es decir algo que vale más que una fortuna, ese dicho se hizo mundial.
Potosà en su auge atrajo a toda clase de personas, muchos ostentaban lujos con prendas y objetos suntuarios traÃdos de Europa, los duelos a espada entre caballeros eran frecuentes. Pero, la enemistad entre españoles peninsulares (nacidos en España) y criollos americanos (hijos de españoles nacidos en América) no era parte de esos juegos, sus intereses eran más profundos, ambos querÃan el dominio sobre el Cerro Rico de PotosÃ. Asà emergió Alonso de Ibáñez, criollo que dirigÃa a los vicuñas contra los vascongados o españoles que eran las autoridades y dueños del poder. La realidad es que los españoles trajeron a Potosà las diferencias que ya existÃan en España los vascongados eran del norte; en cambio los extremeños, castellanos y andaluces eran del sur de España, estos se unieron a los criollos.
En 1612 Alonso de Ibáñez fue apresado y ejecutado por el cargo de conspiración. Dicen que su plan era vasto y de gran envergadura, querÃa la destrucción del poder económico y polÃtico de la plutocracia potosina y luego continuar su acción por todo el Perú. La viuda de Alonso de Ibáñez cobró venganza asesinándole al gobernador Ortiz de Sotomayor principal responsable de la muerte de su esposo.
La actividad minera en el cerro rico, aunque no totalmente culmina a mediados del siglo XVII, disminuyendo gradualmente en el siglo XVIII; otro hecho es que en 1719 la ciudad es atacada por la fiebre tifoidea, que se cobró la vida de 22.000 vÃctimas. Posteriormente la lucha de la independencia también influye en la paralización de los trabajos. Después de que Argentina logra su independencia el 25 de mayo de 1810 y siendo su primer presidente el potosino Cornelio Saavedra, inmediatamente la Junta de Buenos Aires envió ejércitos auxiliares al Alto Perú: El primer ejército argentino a la cabeza de Castelli apoyado por 600 guerrilleros tarijeños logró derrotar al ejército realista en Suipacha (7 de noviembre de 1810) , a los pocos dÃas el 10 DE NOVIEMBRE DE 1810 el pueblo de Potosà se pronunció por la libertad apresando al gobernador Paula Sanz y organizando una Junta de Gobierno. Castelli entró victorioso a PotosÃ, mandó a fusilar a Nieto, Sanz y Córdova que eran las principales autoridades. Luego de estas acciones Castelli continuó su marcha hacia el norte, llegando a La Paz, a orillas del rÃo desaguadero fue derrotado por Goyeneche en Guaqui.
En su regreso a la Argentina Castelli pasó por PotosÃ, llevándose las monedas de la Casa de la Moneda. También Belgrano que comandó el segundo ejército argentino no tuvo una buena actitud con PotosÃ, planificó la destrucción total de la Casa de la Moneda, el pueblo se opuso a esta barbarie. La casa de la moneda que se creó en 1572 destinada a la acuñación de las monedas de oro y plata actualmente es un museo, todo parece estar intacto y nos muestra la tecnologÃa que utilizaron para hacer monedas y otros aspectos relativos a dicha época colonial.
Cuando Bolivia logra su independencia en 1825, las minas más importantes estaban cerradas, el Cerro Rico funcionaba con problemas, el trabajo era muy rudimentario, casi a mano, tenemos por ejemplo a los barreteros, eran los que desprendÃan el mineral de las rocas; los apiris, trasladaban el mineral incrustado en las rocas en sus hombros; los bronsiris eran los que partÃan el mineral y las palliris la recogÃan; los cumuris transportaban el mineral en sus llamas a los ingenios para su refinación. La mano de obra estaba formada por indÃgenas que alternaban el trabajo del campo con el trabajo minero. Los mestizos de los pueblos y ciudades llegaron a trabajar en las minas desde niños se les llamaba "chivatos", tampoco estaban muy comprometidos, especialmente cuando habÃa fiestas no asistÃan al trabajo por varios dÃas.
Haciendo un paréntesis por la importancia que tiene, en vista de que el trabajo en las minas se hacÃa con temporadas de ausencia de los trabajadores, y los dueños de minas no querÃan esta paralización, se recurre a los Kajchas (bramido de la honda), que ya existÃan en la época colonial, eran trabajadores independientes que laboraban con sus propios medios, tenÃan el derecho de ingresar a la mina desde la noche del sábado hasta la madrugada del lunes y sacar libremente el mineral para beneficio propio, pero dándole al dueño la mitad de lo que sacaban. Se dice que un 50% de la plata producida en el Cerro Rico de Potosà provenÃan de los Kajchas, entre 1826 hasta 1850 un 30% tenÃa este origen. También se toleró el juqueo (robo de minerales). A partir de 1870 cuando la organización y administración de las minas se hizo más cientÃfica y racional el kajcheo y el juqueo fueron combatidos, ya no eran necesarios.
Fue a fines del siglo XIX que la plata se revaloriza de nuevo y es, Aniceto Arce quien le da impulso con su empresa de Huanchaca (Pulacayo) Se cambia el sistema de trabajo haciéndola mas técnica, eficiente y moderna. Arce se alÃa a capitales chilenos e ingleses, trae ingenieros alemanes, máquinas a vapor, pequeños y grandes ferrocarriles. En fin nuevas máquina y herramientas, podemos decir también más disciplina para los trabajadores mediante los reglamentos de trabajo, se aumenta el número de trabajadores y como consecuencia va surgiendo también el proletariado como clase. La revalorización de la plata fue breve pero con grandes ganancias para los empresarios. La mina de Pulacayo le reemplaza al Cerro Rico en la explotación de este valioso metal.
El siglo XX con los liberales a la cabeza, empieza la minerÃa del estaño reemplazando a la minerÃa de la plata, el eje del desarrollo económico y de la polÃtica pasa de Potosà y Sucre a La Paz. Con respecto a PotosÃ, en vista de que se agotó y bajo la cotización de la plata, pasaron a explotar estaño en la mina de Pailaviri. En 1910 el ingeniero francés Luis Soux, controlaba la mayor parte del estaño del Cerro Rico de PotosÃ, operando con 4 ingenios. La crisis de 1929 le obligó a Soux entrar en sociedad con Hochschild, éste adquirió participación mayoritaria en la denominada CompañÃa Minera Unificada del Cerro Rico de Potosà y al final se convirtió en único dueño.
Mauricio Hochschild, judÃo-aleman, ingeniero de minas, empezó como rescatador de minerales en 1921, se hizo dueño de las minas de Pulacayo y Colquiri. También adquirió las minas de BolÃvar, Porco, San José, Itos, Morococala, Matilde, Caracoles y Bolsa Negra se constituyó en uno de los "Barones del Estaño" junto a Patiño y Aramayo. Estuvo a punto de ser fusilado por orden del presidente Busch porque se opuso al decreto que indicaba la entrega del cien por ciento de divisas por exportación de minerales al Banco Central de Bolivia. Después de la nacionalización Hochschild fue indemnizado con 8,7 millones de dólares. Con Hochschild se trabajó bajo el sistema de los Kajchas, el promedio de vida de un minero en esos tiempos era de 32 años.
Con la nacionalizacion de las minas el 31 de octubre de 1952, la situación socio-laboral de los mineros cambia positivamente, particularmente con el respeto a sus derechos laborales. Empero por las indemnizaciones que se hizo a los Barones del Estaño, la Comibol que debÃa administrar las minas no pudo arrancar. De todos modos habÃa coparticipación de los trabajadores en la producción con el Control Obrero. Surgieron en este distrito algunos dirigentes destacados como Simón Reyes que nació en Tarija, zapatero de profesión, dirigente destacado del Partido Comunista, por razones de trabajo y seguramente polÃticas se constituyó en la ciudad de PotosÃ, trabajó en interior mina como carrero, surgiendo al poco tiempo como un gran dirigente sindical y polÃtico; de los varios hechos en que le tocó actuar como actor y testigo, sobresalen dos: El primero cuando fue apresado en la COB, en el golpe de GarcÃa Meza (1980) donde fue asesinado Marcelo Quiroga Santa Cruz y otros dos dirigentes, Reyes fue conducido preso a las caballerizas del Estado Mayor, en esta se enfrentó valientemente a los verdugos y fue "molido a golpes", por suerte sobrevivió. El segundo hecho es cuando participa en la marcha por la vida, donde miles de trabajadores mineros son detenidos en la población de Calamarca. Si bien las bases querÃan continuar la marcha hasta llegar a la ciudad de La Paz, Simón Reyes como máximo ejecutivo de la COB junto a Filemón Escobar decidieron detener la marcha, por el peligro inminente de producirse una masacre sin nombre, puesto que el ejército estaba dispuesto a teñirse de sangre, al menos esa era la orden de VÃctor Paz de no dejarles pasar por ningún motivo. Otro dirigente de la mina Unificada es Edgar "Huracán" RamÃrez, dirigente honesto, consecuente, fiel a sus principios, fue minero perforista por diez años, empezó de peón llegando hasta jefe de galerÃa, fue ejecutivo de la COB entre 1996 y 1997. LechÃn con lágrimas en los ojos dijo de él "es un dirigente consecuente y honesto que rechazó los 20.000 dólares de indemnización que le correspondÃan y rechazó porque estaba en funciones de dirigente y no podÃa traicionar a sus bases". Como buen archivista planificó el Archivo nacional de la Comibol, rescatando parte de nuestra historia que es fundamental. Es partidario de que las minas vuelvan a poder del Estado dijo: que el Estado actualmente controla la producción minera en un 7%, las transnacionales 60% y las cooperativas en un 33%, que toda esta situación debe revertirse a favor del paÃs.
Con el D.S. 21060, del 29 de agosto de 1985, vino la famosa relocalización (despido), aunque Potosà fue un distrito minero importante; porque no solo habÃa plata sino también estaño, plomo y Zinc, antimonio, Wolfran, sin embargo corrió la misma suerte de las otras minas. Antes de la relocalización habÃa en la Empresa Minera Unificada 2.018 trabajadores; hasta mayo de 1987 quedaron 399. Después fueron retirados el resto, quedando como en todas las empresas algunos serenos que debÃan cuidar los bienes de la empresa. Actualmente existen aproximadamente 30 cooperativas, donde trabajan unos 15.000 trabajadores.
El pueblo potosino en los momentos actuales se encuentra en una encrucijada, el famoso Cerro Rico de Potosà esta en peligro de derrumbarse y desaparecer, tantos siglos horadado esta debilitado, a tal punto que el vértice, la cima presenta hundimientos y tiene que rellenarse con tierra para mantener su forma. Pero Potosà vive de la minerÃa y la base es el cerro rico de Potosà que le da vida a la ciudad y a las provincias cercanas, el cerro y su valor económico es vital para PotosÃ. Estoy seguro que los afables, cariñosos, nobles potosÃnos sabrán superar este dilema buscando un equilibrio entre yacimiento minero y patrimonio. Además que toda la ciudad incluyendo el cerro es patrimonio de la humanidad. Alcides de Orbigni, sabio naturalista francés en 1833 dijo: "llegué a PotosÃ, ciudad de riqueza proverbial; la que por el producto extraordinario de sus minas de plata, ha dado a la España una parte del lustre de que esta ha gozado durante los últimos siglos. Admiré en ella sus grandes lagunas artificiales, sus numerosos ingenios, su casa de moneda, y trepé luego sobre su cerro cribado de bocaminas, de las que han salido tantÃsimos millares de pesos, sin que haya esto mejorado la condición de los pobres indÃgenas, instrumentos indispensables de esos penosÃsimos laboreos". Tuve la fortuna de vivir varios meses en 1971, y admirar también todo lo que Alcides de Orbigni vio. Potosà como Oruro dieron mucho a Bolivia.