Loading...
Invitado


Domingo 15 de noviembre de 2015

Portada Principal
Revista Dominical

La fama y la vanidad

15 nov 2015

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Es cierto que de una u otra manera a todos gusta ser reconocidos, a unos en menor medida y para otros es indispensable, aunque no lo digan. Esto suele ocurrir con frecuencia entre personas que se dedican al arte, a la música y a otras actividades que les convierten en figuras públicas.

Cuando el afán de figuración, de sobresalir a costa de cualquier cosa, rebasa ciertos límites se puede decir que esa persona tiene complejos. Según la psicología, los complejos pueden ser de inferioridad o de superioridad, ambos están íntimamente interconectados, pues la persona que se siente superior a unos, también se siente inferior frente a otros.

Además que cuando uno se compara con otros individuos se dará cuenta que siempre hay alguien mejor, peor, más inteligente, menos listo, más veloz, más lento, y otras características, pues cada persona es un mundo y cada quien tiene sus particularidades que nos diferencian unos de otros.

El problema está en que ese afán de figurar, de resaltar, de ser reconocido, de recibir premios, de ser famoso, conlleva en algunos casos el hecho de que se tenga a otra persona por debajo y se la trate de mala manera, pues está comprobado que quien menosprecia a alguien e intenta pisotear la imagen de una persona es porque en lo más íntimo de su ser siente que necesita opacar a otros para hacer brillar su luz, ya que por el concepto que tiene de sí mismo es muy tenue.

Todo este juego de vanidad y fama está relacionado con el poder, que muchas veces puede emborrachar a quien ha llegado a una cúspide y siente que nadie es mejor, la soberbia le gana la voluntad y trata a todos con menosprecio, entonces se puede decir que ese alguien se ha endiosado. Esto ocurre con frecuencia entre los políticos, las estrellas de cine, de televisión, de la música, pues se sienten intocables, inalcanzables y piensan que todos deben estar a su merced.

En mi condición de periodista me ha tocado lidiar con muchas personas que tienen sed de fama y afanes de figuración desproporcionados, quieren que su imagen aparezca cada que respiran o mueven un dedo, y si no se hace lo que ellos quieren amenazan con demandas o adoptan una postura agresiva. Hay otros que por lo contrario esperan que nadie los note, piden que no aparezca ni su fotografía ni sus opiniones en los medios, algunos llegan al intento de arrebatar la cámara al reportero gráfico o lanzan golpes al aire tratando de persuadirle que no tome determinada imagen.

Una anécdota: "Cuando llegó la agrupación musical argentina Ráfaga, me tocó hacer la cobertura y llevaba como 5 ó 6 meses de embarazo, asistí a un concierto que al final no supe a qué hora empezaría, ya que después de haber esperado de pie durante más de dos horas decidí retirarme, pues eso daba para largo.

Al día siguiente, anoticiada de que darían una entrevista exclusiva a WKM Radio y había la posibilidad de asistir a la misma como periodista del único diario orureño, LA PATRIA, fui al hotel donde se hospedaban los integrantes de la agrupación, ahí estaba el gerente propietario de la radio, Víctor Hugo Irahola, había ido personalmente a realizar la entrevista. Nos dijeron que se trataba de muchachos muy sencillos y que en ese momento estaban departiendo con su fan número uno, nos pidieron que los esperemos y que tuviéramos paciencia, así que eso hicimos, mientras intercambiábamos ideas.

La tarde avanzaba y los integrantes de Ráfaga no aparecían. Fue entonces que bajó un "representante" y nos dijo que los esperemos en el bus en el que irían a viajar, esperamos otras dos horas, ya eran pasadas las 5 de la tarde y nada, dentro del bus había un ambiente sofocante y afuera del hotel esperaban las fans para verlos salir, de nuevo no supe si salieron, no lo hicieron, viajaron ese día o no, ni siquiera pude verles las caras porque no aparecieron, el señor Irahola y yo decidimos retirarnos porque nos pareció mucha desconsideración de parte de esos jóvenes que no tuvieron que soportar tantas horas sin alimento, con sed, acalorados y fatigados, los representantes ni siquiera repararon en mi estado de gestación, así que nos bajamos del bus y no supimos qué pasó después.

El paso de Ráfaga por Oruro fue como el nombre del grupo, rápido, fugaz, como un relámpago".

No se sabe si esa actitud de los músicos argentinos partió de ellos o fue una mala coordinación de los representantes, pero como periodistas nos dio la impresión de que fue un desprecio de los artistas que se sintieron unos dioses y no quisieron recibirnos.

Otra anécdota ocurrió cuando llegó Luís Miguel, se sintió tan intocable que cuando una fanática se le acercó a besarlo, el artista le dio un empujón, el padre de la muchacha reaccionó propinándole un golpe al cantante y hubo tal revuelo que casi fue suspendida su actuación, la cual se realizó pero con un retraso considerable.

Algo que aprendí de la psicóloga Carolina Aracena V. es que nadie es superior ni inferior a nadie, sólo quienes tienen complejos ven a las personas así, pero para evitarlos se tiene que pensar que detrás de cada individuo hay una historia que lo define y cada historia es diferente.

También asimilé, de autores como Osho y otros, que el ego y el apego dañan las relaciones entre las personas y que en lo más íntimo del ser de cada una puede provocar estragos, por lo que debemos desprendernos de los egos y dejar de apegarse a lo físico y a lo material.

Otra lección aprendida en el puesto de periodista es que todo cargo, puesto, trabajo, la fama, la fortuna, el reconocimiento son circunstanciales y pueden terminar en cualquier momento, pero lo que uno es en esencia permanecerá hasta su muerte y, lo único que quedará será el recuerdo de lo que hizo en vida.

Al fin y al cabo somos seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, tenemos los mismos derechos y deberes, y, tan solo por el hecho de estar en este mundo todos merecemos respeto y consideración. No todos somos iguales, pero podemos vivir en armonía y en paz con nuestras diferencias.

Para tus amigos: