Martes 10 de noviembre de 2015
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El primer "infiel" en el Vatileaks vaticano, fue el camarero personal de Benedicto XVI, sucedió en mayo de 2012. No ha sido un caso que un Papa como Benedicto XVI, reflexivo, de carácter mansueto, profundamente religioso y considerado como uno de los más grandes teólogos contemporáneos, haya sido traicionado por la persona que le estaba más de cerca, su mayordomo personal, substrayendo documentos reservados que eran dirigidos hacia libros y diarios, a cambio de fuertes sumas de dinero. Y Benedicto XVI, profundamente disgustado por los escándalos de la pedofilia entre el clero, las operaciones financieras poco ortodoxas del IOR, (el banco vaticano), se ha hecho a un lado abriéndole las puertas a Francisco, a un papa mucho más joven, Jesuita, y de larga experiencia pastoral entre los pobres de Sudamérica.
Ahora el Vatileaks pontificio ha hecho un salto de calidad increíble con dos arrestos excelentes. La del sacerdote español Monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda, Secretario de la Prefectura para Asuntos Económicos de la Santa Sede y de su asistente personal la "lobbista" italiana Francesca Immacolata Chaouqui, que en el pasado fueron secretario y miembros del Cosea (Comisión Referente de Estudio y guía sobre la Organización de las Estructuras Económico-Administrativas de la Santa Sede), establecida por el Papa en julio de 2013, cuando Francisco instituyó la "operación limpieza" en las finanzas vaticanas y posteriormente disuelta tras el final de su mandato.