Hay una serie de problemas, grandes, medianos o pequeños, que afligen a la ciudadanía porque lamentablemente están vigentes diariamente y alteran las dos condiciones de bienestar común que esperan los vecinos, es decir, comodidad y seguridad.
Los mayores problemas se presentan en las zonas periurbanas, pues en las del centro urbano, las deficiencias son menores, pues las obras de reparación de calles, arreglo de plazas y parques y el constante maquillaje de espacios urbanos gozan privilegiadamente de un buen soporte municipal.
No es lo mismo en iguales sitios abiertos de los barrios periféricos, donde muy difícilmente se atienden los reclamos de vecinos, allí las calles estás deterioradas y se dificulta el tráfico de motorizados y hasta la circulación de peatones, pues en muchas urbanizaciones ni siquiera hay aceras.
Pero el tema nos da posibilidad de referirnos por ejemplo al deficiente servicio de alumbrado público, postes con luminarias inutilizadas desde hace mucho tiempo, el caso concreto de la doble vía hacia Vinto, donde más del 50 por ciento del servicio no funciona, lo que significa un atentado a la seguridad ciudadana, tomando en cuenta que la avenida de dos carriles tiene intenso tráfico y que centenares de vecinos deben cruzar ambas vías para llegar a sus viviendas y lo hacen propiamente a oscuras o con la luz de las movilidades, que se convierten en doble peligro al encandilar a las personas que transitan en la larga y oscura avenida. Otro tanto sucede en la Circunvalación, que tampoco tiene una iluminación apropiada.
No sólo se trata de las avenidas, el caso es que a cincuenta metros de estas, están las urbanizaciones cuyas calles tienen un deficiente alumbrado público, constituyendo el hecho un latente peligro para la integridad de personas y para la seguridad de viviendas. Los vecinos formulan sus reclamos, lamentablemente no reciben atención adecuada y la oscuridad reina en los barrios periféricos.
Otro problema y de este son culpables en parte los vecinos, debido a que no se hacen trabajos de cuidado o mantenimiento de jardineras que separan las vías de circulación de largas avenidas. Esos lugares donde se suponía la existencia de arbolitos, especies de arbustos altiplánicos o flores en algunos casos, se han convertido en depósitos de basura, debido al mal uso de los vecinos y a la dejadez de los encargados municipales de esas limitadas áreas verdes.
Como en nuestra ciudad se da con inusitada frecuencia el uso abusivo y arbitrario de las calles y los espacios públicos, por parte de conjuntos o comparsas de todo tipo, de estudiantes o de manifestantes de orden social, resulta que se altera la circulación de movilidades y de personas, ocasionando un permanente caos en varias partes de la ciudad, pero con mayor asiduidad en el centro urbano, sin que ninguna autoridad ponga remedio a este mal que es otro de los grandes problemas que alteran la tranquilidad ciudadana.
Los problemas urbanísticos son permanentes, se trata de la vida misma de una ciudad que en realidad no es el conjunto de grandes edificaciones en una zona central, sino la expansión de muchos barrios con gran número de habitantes que siente de manera directa muchas deficiencias que deberían ser tomadas en cuenta para sus soluciones diarias en base a prioridades que definan los técnicos municipales.
Sabemos que la autoridad municipal está empeñada en mejorar las condiciones de la ciudad en su conjunto, los vecinos esperan obras concretas para vivir mejor.
Fuente: La Patria
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