Miercoles 04 de noviembre de 2015
ver hoy
Editorial y opiniones
Resistencia del juez a los influjos ilegítimos
04 nov 2015
Raúl Pino-Ichazo Terrazas
Siempre se debe considerar y alentar y en toda controversia judicial que la verdad es una, y los intereses existentes del estrato social que ocupa el poder no le asignan cuño ni impronta alguna.
La virtud de la verdad estriba en que pueda pretender hasta el reconocimiento de los adversarios políticos de dicha clase en el poder. El objetivo fundamental de la indagación consiste precisamente en esclarecer el estado de los hechos a tal límite que el resultado obligue a todos. La verdad, para esclarecimiento del lector, tiene similitud a los procesos políticos ornamentados de sensación, realizados a efecto de aclarar determinados hechos a ante los ojos de pueblo, y solo pueden cumplir su objetivo si no se determina tan sólo que la clase dominante quiere que se entienda por verdad, sino si el resultado fuerza la aprobación incluso de aquellos que miran con escepticismo la régimen y las intenciones que este régimen persigue con el proceso.
Hasta la conciencia jurídica socialista, con cuyo auxilio se quiere facultar en las democracias populares a los jueces para que dicten sentencias que sirvan a la causa, alcanza solamente como su nombre lo indica, al juicio jurídico y no a la constatación de los hechos y su meta política es que la solución jurídica del caso guarde consonancia con las ideas jurídicas imperantes. Es este un deseo que parece compresible y está presente en todas partes del mundo; lo que no debe hacerse, por lo contrario, es realizar este deseo por la vía o el camino de la indagación, porque la conduciría por senderos equivocados y la corrompería.