Soria Galvarro: La otrora Calle de las Artes y de las supersticiones

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Al caminar por la calle Soria Galvarro podemos darnos cuenta del por qué le decían "la Calle de las Artes", pues aún quedan vestigios de una arquitectura exquisita en algunos edificios que han desafiado al tiempo para mantenerse erguidos hasta la fecha.

La parte Sur, encierra cuentos de aparecidos y duendes, además del pasado minero oculto en algunas de sus edificaciones.

La calle lleva el nombre de Rodolfo Soria Galvarro, notable diplomático, jurisconsulto y escritor orureño, considerado por muchos el príncipe del periodismo nacional, ya que escribió para los matutinos más importantes de su época, El Ferrocarril, La Verdad, La Prensa, y El Comercio de La Paz, calificado como un prominente escritor de las revoluciones del siglo XIX.

Si se recorre esta arteria desde la parte Sur se encuentra con un lugar escondido a la vista, hablamos del sector ubicado entre las calles Aldana y Ballivián, donde ahora se erige el colegio Reekie.

Más abajo en la esquina de la Soria Galvarro y Aldana existía una fuente de agua que fue escenario de varios cuentos y supersticiones populares, como aparición de duendes, gallos que cantaban a media noche e incluso la de un gigante que apareció en épocas remotas creando zozobra en la población.

Hacia el Norte podemos apreciar el Beaterio, hoy conocido como la casa de "Nazaria Ignacia", a su lado el portón de la iglesia de "Jesús el Nazareno" donde se puede advertir detalles arquitectónicos de esa época en el labrado en piedra de los pilares de esta edificación sacra.

Más adelante, frente a la plaza "Manuel de Castro y Padilla", una de las casas del empresario minero Simón Iturri Patiño, hoy cobijo de los estudiantes de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Técnica de Oruro (UTO).

Similar tipo de construcción se encuentra unas cuadras adelante en lo que hoy se denomina la casa de la Cultura "Simón I. Patiño", parte de ella también de propiedad de la UTO, pero en plena esquina la misma infraestructura en la época de los 40 y 50 servía como un banco de propiedad del empresario minero.

Los edificios históricos por este sector son varios, algunos quizá ya derruidos y otros devastados por la imparable modernidad, sin embargo aún quedan vestigios de la que fuese la "Calle de las Artes".

Fuente: La Patria