Miercoles 28 de octubre de 2015
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El proyecto separatista de algunos catalanes se ha pinchado por el lado menos esperado: la corrupci贸n en que cayeron los militantes de Convergencia para sacar provecho de los contratos de infraestructura en Barcelona.
Hab铆an llegado, en septiembre, a tener muchos votos, aunque no los suficientes para proseguir el camino hacia la independencia.
En eso estaban: calculando cu谩ntos votos obtendr铆an de eventuales aliados para lograr el prop贸sito separatista, cuando estall贸 el esc谩ndalo del 3%, que es lo que cobraban a las empresas que se adjudicaban las obras de la Generalitat.
Un juez sin mucha importancia denunci贸 el hecho y ahora se sabe que incluso hasta hace pocos d铆as, los funcionarios de Convergencia segu铆an cobrando la comisi贸n.
El peor detalle, el m谩s demoledor, es que el anterior director de infraestructura, Josep Antoni Rosell, dise帽贸 un proyecto millonario, lo adjudic贸 a una empresa, y luego dej贸 el cargo p煤blico para asumir como presidente de esa empresa. Antes de irse hab铆a aprobado que el costo de la obra pase de 1.069 millones de euros a 1.928 millones. Previsor el hombre. Pero adem谩s, hab铆a asegurado el 3% para el partido.