Lunes 26 de octubre de 2015
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Editorial y opiniones
¿El principio del fin del fanatismo islámico?
26 oct 2015
Alejandro A. Tagliavin
Más temprano que tarde-mal que les pese a los traficantes de armas- el yihadismo islámico caerá es que, como dice el refrán, "no hay mal que dure cien años" porque Dios no lo permitiría. El verdadero problema de la "islamización" de Europa no pasa por los musulmanes que llegan, cosa que ha ocurrido durante centurias sin que se produjeran mayores inconvenientes. Argentina, por caso, ha recibido árabes durante más de cien años que se han integrado a la cultura Occidental, muchos se han convertido al cristianismo e, incluso, han llegado a ser presidentes de la República como Carlos Menem.
El problema real es el fanatismo -la violencia- del "yihadismo" que tiene su principal fuente en la tiránica monarquía de Arabia Saudita -textualmente, "la arabia de la familia Saud"- que hoy enfrenta problemas que podrían bien ser el principio de su fin. Y este fin, seguramente, llegará mucho más rápido cuando los gobiernos occidentales dejen de apoyar a su mayor compradora de armamentos y proveedora de petróleo.
El absolutismo saudí, además de ser el principal financiador mundial de mezquitas, en lo que va de 2015 ha decapitado unas 150 personas. En el fanático régimen guardián de los lugares "santos" de La Meca y Medina -paradigma para los 1,300 millones de musulmanes-, son frecuentes las redadas de la policía religiosa (la mutawa) buscando crucifijos y biblias cuya posesión puede ser causal de muerte. Wikileaks reveló un cable en el que Hillary Clinton asegura que "los sauditas se toman en serio la amenaza del terrorismo interno, pero es duro convencer a sus funcionarios para que aborden la financiación terrorista que emana de Arabia Saudita". Se estima que más del 70% de los yihadistas en el mundo son de origen saudí.