El informe de "Perspectivas Económicas Globales", presentado durante una reunión conjunta entre los representantes del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se efectuó no hace mucho en Lima - Perú indica en su resumen que "América Latina sufrirá una transición de orden económico de desaceleración a recesión".
El anuncio es realmente preocupante, pues engloba a toda la región, atribuyendo el fenómeno a las condiciones de presión externa que establecen los precios internacionales para las materias primas, que producen y exportan los países latinoamericanos. Lo llamativo del informe es que los organismos internacionales estiman que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) reinante en la región este año (2015) será del 0 (cero) por ciento.
Aunque la información referencial sobre el comportamiento económico de la zona sudamericana especialmente, pone en duda las proyecciones sobre crecimiento del PIB, como sucede en nuestro país, cuyos ejecutivos financieros aseguraron al comenzar la gestión una subida de 5,9 por ciento, tuvieron que admitir el problema de la contracción en la economía del coloso asiático, China, que es causante de la baja en el precio de las materias primas, y su efecto en el sostenimiento de varias economía, pero muy especialmente la de Bolivia, la proyección del PIB se bajó a 5 % e inclusive se estimaba balancear el caso con 4,6 %, o que daría paso al pago del doble aguinaldo, este hecho como relación concreta de la política boliviana, pero en términos generales, el movimiento económico tiene muchas variantes- en bajada - en la región latinoamericana.
Lo que se mantiene como paradigma de nuestra economía es el sostenimiento de las Reservas Internacionales, que permitirán al Gobierno enfrentar la crisis de algunos sectores, echando mano a esos recursos y apoyando mediante medidas de contingencia la disposición de fideicomisos que mantengan activas las tareas productivas, especialmente en los sectores de extracción de recursos naturales, caso de hidrocarburos, (gas) y de los minerales, sin descuidar otros rubros que mejorando sus niveles de rendimiento pueden ser parte de la alternativa, para insistir en un PIB superior al 4,5 por ciento.
Sin embargo los especialistas, al manejar los datos financieros que se presentan objetivamente, pues en ésta materia no se admiten "medias tintas" y tomando en cuenta las previsiones de los organismos externos, incluyendo la Cepal, consideran prudente activar una política de previsión nacional que pueda regular el sistema de gastos públicos, de manera que se eviten despilfarros y al mismo tiempo definir la situación de empresas deficitarias que se convierten en lastre para la economía del Estado si se mantienen trabajando a pérdida.
Hay otras condiciones operativas que deberían tomarse en cuenta, como el ejemplo de algunos países vecinos, que en periodos críticos como el actual, facilitan e incentivan las inversiones, procurando condiciones operables con seguridad y exigencias mínimas para impulsar los rubros productivos que tienen que ver con las materias primas, pero además otros como los agropecuarios a nivel industrial.
Otro aspecto reclamado por los sectores empresariales, tiene que ver con la situación que confrontan países vecinos como Brasil y Argentina a los que les vendemos gas cumpliendo convenios vigentes, que pueden alterarse dada la contracción financiera que les tocará enfrentar en este proceso de recesión económica, que ensombrece con negros nubarrones el cielo de las finanzas en los países de la región.
Fuente: La Patria
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