Viernes 23 de octubre de 2015
ver hoy
Por lo general criticamos a los conductores, quienes por el estrés del trabajo, el hogar y las presiones del dÃa a dÃa, suelen estar de muy mal humor, por lo que van a gran velocidad, cuando pueden, y casi siempre tocando la bocina con desesperación.
Se ha criticado la falta de higiene y la mala atención en los vehÃculos del servicio público, protestamos porque los particulares se creen dueños de la calle, renegamos cuando vemos motorizados mal estacionados o perjudican a los peatones.
Pero, qué hay de los peatones que sin un poquito de consideración caminan por la calzada, llevan a los conductores a su paso, pues no se inmutan cuando les tocan la bocina y continúan su letargo al andar.
Y están esos peatones que no saben usar el semáforo, quizás ni siquiera sospechan para qué sirve o con qué objetivo fueron colocados en las calles, pues en más de una ocasión se pudo apreciar que cuando la luz está en verde para ellos prefieren esperar a que ésta se ponga en rojo para pasar la calle provocando que quien está al volante tenga que frenar de manera brusca. La pregunta es ¿habrá epidemia de analfabetismo en señalética o habrá epidemia de daltonismo?