Lunes 19 de octubre de 2015

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Cuando surgen dudas sobre la eficacia de un remedio para curar algún malestar, se suele comentar?"cuidado que el remedio sea peor que la enfermedad" como una advertencia para evitar que algo dudoso afecte la salud, peor aún si el específico es resultado de una automedicación, en la que ha sido obviada la receta profesional. Un gran riesgo.
La analogía tiene que ver en este caso con la salud económica del país, que está sufriendo el embate de una epidemia crítica de bajos precios para las materias primas, hecho que complica a sectores productivos, pero además pone en riesgo la ejecución de varios programas, alterando los planes de desarrollo de las Gobernaciones y las Alcaldías.
Hay varias consecuencias provenientes del bajón de precios, una predominante tiene relación con el riesgo del cierre de algunas empresas por ejemplo en el ramo minero y con varias cooperativas cerradas, aunque los trabajadores retornaron a sus labores originales y tradicionales como la agricultura y ganadería
Pero no es todo, porque también el factor del sistema productivo se ve seriamente lastimado debido a la abierta competencia que se produce por la internación de todo tipo de productos, desde alimentarios, ropa y enseres con precios más bajos que los que rigen para los productos nacionales, hecho que sumándose a los anteriores deriva también en desocupación y cierre de empresas industriales.
Queriendo paliar la compleja situación, tratando de asumir defensa de la producción nacional el gobierno aplica una medida especial consistente en la elevación del gravamen arancelario para la importación de más de treinta productos, entre estos calzados, vinos, cierta línea de textiles, además para productos como el café, las uvas, productos lácteos y algunos derivados, se incluyen hortalizas y otros insumos de la alimentación diaria, por lo mismo de adquisición cotidiana por parte de la población.
Fuente: La Patria