La situación económica de los distritos "eminentemente" mineros, caso de Oruro y Potosí, atraviesa por una crisis muy compleja y que puede prolongarse por mucho tiempo más, en función al movimiento financiero de la China y la consecuencia de su pugna competitiva industrial en la que predomina la compra y venta de las materias primas.
Las principales fuentes exportables del país, son precisamente las materias primas, como petróleo y el importante derivado del gas, cuyo precio referencial ha bajado considerablemente causando un desajuste en nuestra previsión financiera. A ese hecho se suma otro, que tiene que ver con la venta de nuestros minerales, rubro que también tiene un registro de bajada y su recuperación es más complicada que la del gas, por lo mismo se hacen necesarias medidas de emergencia para salvar la difícil etapa del presente.
El maravilloso altiplano, vasto en extensión en la zona altiplánica del país, nos permite vislumbrar algunas alternativas de orden natural y de producción orgánica como se enfatiza en la región, con referencia a dos importantes productos: la quinua y los camélidos.
Se trata de dos actividades que dan vida a más de cuarenta comunidades ubicadas entre los departamentos de Oruro y Potosí, donde habitan por lo menos unas 35 mil familias, que ancestralmente viven del cultivo de quinua y la crianza de camélidos.
Una serie de problemas alteraron en el último tiempo las actividades propiamente definidas de las comunidades, por un lado la competencia peruana en la producción de quinua, ocasionando un bajón de precios y por otro la falta de apoyo crediticio para mejorar la calidad del ganado camélido.
Dadas esas circunstancias y ante la necesidad de impulsar la producción y economía de la región, se ha puesto en marcha el proyecto "Sistema Agroalimentario Integrado Quinua/Camélidos" que tiene como objetivo promover la seguridad alimentaria con soberanía en el altiplano boliviano, poniendo en práctica las políticas existentes a favor de la agricultura comunitaria, acompañando y fortaleciendo a las organizaciones nativas productivas para mejorar su producción orgánica y expandir su comercialización en los mercados internos y externos.
El proyecto es impulsado por la Cooperación Italiana con representación en el país que a su vez trabaja con el gobierno y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con una inversión total de 980 mil dólares que se utilizan desde el 2014 y servirán hasta la conclusión del proyecto en septiembre del 2016.
Un detalle interesante es que el proyecto busca que los agricultores y ganaderos de la región occidental, junto a sus familias "recuperen saberes ancestrales" pero también asimilen conocimientos técnicos y socioeconómicos para mejorar las prácticas productivas, acopio, transformación, distribución y garantía de la calidad orgánica en la producción de la quinua y los camélidos, un aspecto complementario ya que ambos productos responden al cuidado ancestral en todo el proceso de cultivo, en un caso y de crianza en el otro, lo que mantiene los valores inigualables que aseguran la calidad nutritiva de ambos productos.
Por lo que se observa, el desarrollo del proyecto abre alternativas muy importantes para pensar en estos dos productos, la quinua y los camélidos como productos alternativos, de seguridad alimentaria, pero además de proyección económica sustitutiva, frente a la caída de los precios internacionales para nuestras materias primas. Una situación que debe apoyarse con mayores opciones desde el Gobierno.
Fuente: LA PATRIA
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