Viernes 16 de octubre de 2015
ver hoy
No suele haber nada m谩s cruel, que un ni帽o(a) a la hora de hallar defectos en el compa帽erito (a) y ponerle soberano apodo, muchas veces, es el sobrenombre que pervive junto a uno para siempre, (la cantidad de gente que sabe mi apodo pero no tiene ni la m谩s remota idea de c贸mo me llamo), y en otros casos (la mayor铆a), sobrenombres de los que tratamos de deshacernos a toda costa o que nadie se acuerde de ellos jam谩s.
Mi vida en colegio tuvo como uno de sus mayores referentes el esperar el primer d铆a de colegio para observar a los nuevos y ser el chistoso que le clave "la chapa" m谩s graciosa, oportuna y pesada posible para identificarlos y de golpe darles el mejor calificativo.
Para nombrarlos a todos necesitar铆a una enciclopedia, as铆 que me quedar茅 s贸lo con un par que no pudieron estar mejor colocados. Uno de ellos era el Loco Murdock, no pod铆a tener mejor destino, pues su propietario no estaba en un manicomio de la pura casualidad. Era un zafado y s贸lo alguien sin el ajuste correcto de todos sus tornillos pod铆a hacer las cosas que hac铆a 茅l, como ponerse a bailar rock麓n麓roll en plena misa, o meterle agua de jab贸n al acorde贸n al profe de m煤sica y llenar el aula de brubujas mientras tocaba una zarzuela. Travesuras s铆, pero algunas muy pasadas de rosca. La otra guisa era la del Robot铆n, pues este morocho, petiso y morenito se mov铆a tal cual un peque帽o androide y, como esa cientos. Tampoco faltaron las auto impuestas como mi amigo Mart铆n, que a toda costa quer铆a que le digamos Rambo o Cobra, pero el pobre era m谩s flaco que Fido Dido, de todos modos trabaj贸 tanto en el asunto que se la terminamos creyendo y hasta ahora le decimos como al fort铆simo veterano del Vietnam.
