En lo que va del actual periodo gubernamental, el departamento de Oruro es el menos atendido en sus requerimientos desarrollistas, lo cual causa profunda preocupación en la población.
Lo que más duele es el hecho de que en nuestra ciudad esa desatención es palpable con obras inconclusas pomposamente inauguradas por el señor Presidente de la República, que al presente muestran serias deficiencias, producto de la poca seriedad con la que actúan las empresas constructoras.
Las observaciones realizadas por el mandamás de los empresarios privados en relación con el aeropuerto internacional "Juan Mendoza" y lo expresado por personeros de la Unidad de Transparencia de la Alcaldía, al haber detectado falencias en el monumento escultórico de la Virgen del Socavón, significa que los orureños debemos soportar dos "baldazos" de agua fría viendo cómo se juega con nuestra suerte.
Particularmente y conforme se pudo evidenciar en las últimas horas, los periodistas no podemos quedarnos callados ante las denuncias realizadas, así se haya recibido presuntas amenazas de amordazarnos si hacemos seguimiento de todo lo que significa anormalidades en perjuicio del desarrollo urbano.
Frente a esas realidades comprobadas, es bueno compartir la pregunta que se hace la población en sentido de que ¿valdrá la pena seguir destrozando la Plaza del Folklore y la Avenida Cívica?, para emplazar un teleférico que vaya al monumento de la Virgen, llevando a visitantes para que aprecien el estado de deterioro anticipado que tiene la infraestructura que nunca fue concluida.
Así también, causa enorme aflicción saber que muchos turistas interesados en apreciar el Carnaval del próximo año, están imposibilitados de reservar pasajes aéreos hasta la Capital del Folklore Boliviano, por cuanto los vuelos internacionales tendrán como punto de llegada las ciudades de La Paz y Santa Cruz, esto debido a que nuestro aeropuerto carece de las condiciones para operar ese tráfico.
Orureños, residentes en varios países de Europa, Asia y los Estados Unidos, a través del sistema email, hacen conocer su desazón por la forma cómo autoridades de gobierno y algunas departamentales, tratan de minimizar el acontecimiento vernacular, provocando que cada año haya menor asistencia de turistas los días de Carnaval.
Sin embargo de las contingencias adversas que soportamos, quienes vivimos en esta ínclita ciudad, no perdemos la fe de revertir esos malos emprendimientos, estando decididos a continuar la batalla hasta lograr que Oruro se merezca el más profundo respeto y consideración de propios y extraños, así nos cueste ofrendar la vida por el campanario.
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