Lunes 05 de abril de 2010
ver hoy
No sólo de votos se vive en una jornada plebiscitaria. El domingo de elecciones sirvió para la convivencia familiar, los hijos, sobre todo niños, seguramente son partidarios y votarían porque se repitan estas jornadas.
Como en ningún otro domingo o feriado, los progenitores les dedicaron casi jornada completa, desde ir a votar hasta compartir una salteña o un helado. Y, sin duda, lo mejor, participar en un partido de fútbol o simplemente correr.
Madres con niños en la espalda o en brazos, padres con niños tomados de la mano o en brazos, o recurriendo a la alternativa de los cochecitos de bebé, llegaron a los recintos electorales para depositar su voto, o en otros casos para ejercer su obligación de jurado electoral.
Con vestidos de domingo, en las ciudades, los niños acompañaron a sus padres a los recintos. Es como una aventura para los pequeños, en algunos casos ingresan a las aulas para votar, en otros quedan en los patios esperando al progenitor que le tocaba cumplir su obligación.
Las calles se convirtieron en plazas, canchas de fútbol, ciclo vías o áreas para patinar o, simplemente, jugar. Y las plazas y parques también se llenaron de niños acompañados de sus padres. Los menores no se cambiaban con nadie, pues no todos los feriados o domingos tienen la dicha de poder compartir con sus progenitores.
Fuente: La Paz, 04 (ANF).-