Domingo 04 de octubre de 2015
ver hoy
Las crisis forman parte de la vida. Todas las personas atravesamos situaciones difÃciles, problemáticas incluso lÃmites a lo largo de la vida que nos sumen en estados de confusión y angustia. Pero sólo algunos recurren al suicidio como forma de salida de ese laberinto loco que enturbia la mente, otros buscan salidas para afrontar la dificultad fortaleciéndose en cada punto del camino y capacitándose para salir a un sitio nuevo de sà mismos.
En una crisis suicida, ¿qué es lo que hace la diferencia entre el deseo de vivir y el de morir? La vinculación y el sentimiento de pertenencia son el alimento del deseo de vivir.
Una persona sometida a diálisis me hablaba en una ocasión de su idea convertida en deseo de quitarse la vida. RespondÃa a mi intento de reflejarle el dolor que supondrÃa para su familia su muerte, diciendo lo siguiente: "No le importará a nadie.
Mi mujer y yo hace años que dormimos en camas separadas, apenas nos hablamos, sólo nos soportamos porque no hemos tenido el valor para romper nuestro matrimonio. Mis hijos ni me preguntan cómo estoy y, cuando se refieren a mÃ, lo hacen en términos despectivos. No tengo amigos que me visiten ni trabajo por realizar porque esta enfermedad me impide trabajar ¿Qué hago aquÃ? Solo soy un estorbo sujeto a una máquina que limita mi vivir diario y, sobre todo, ¡estoy tan solo!"