En varios comentarios anteriores nos hemos referido al terrible problema de la basura, mencionado las condiciones de descuido en la limpieza de las ciudades, limitaciones de las empresas dedicadas a ese menester o falta de elementos para el funcionamiento de unidades municipales que hagan el recojo y el depósito de los desechos que diariamente genera la población, en un sitio seguro.
En pasados días y en nivel oficial se mencionó la posibilidad de tratar este problema en la instancia del gabinete ministerial, pues la solución que se requiere al problema conlleva una responsabilidad superior para crear condiciones dirigidas a cuidar la salud ciudadana, defender el medio ambiente, evitando una malsana contaminación generada por la propia ciudadanía, que desconoce o ignora deliberadamente normas vigentes para el manejo de los desechos sólidos.
El problema de la basura tiene una doble consecuencia, por una parte y hay que reconocerlo, la incultura e indisciplina de los vecinos, a lo que se suma la notoria deficiencia de los servicios encargados de retirar la basura de las calles y depositarla en un botadero preparado para el efecto.
Para ir por partes, o que se aprecia de manera cotidiana es que los estudiantes para generalizar el caso, consumen cualquier golosina y el envase es arrojado en cualquier sitio, menos en un basurero, artefacto este que tampoco existe en todo sitio; personas mayores que hacen lo mismo, pero peor aún cuando se trata de vecinos que dejan bolsas de basura en cualquier esquina, incumpliendo todas las prohibiciones que rigen sobre el particular, en concreto, no hay cultura ciudadana sobre el tema de limpieza.
Lo otro es producto de una serie de limitaciones en las empresas o en unidades encargadas del recojo de los desechos en la ciudad. Pocas unidades motorizadas apropiadas técnicamente para cumplir esa tarea de limpieza, falta de planificación adecuada para exigir cumplimiento de horarios a los vecinos y la ausencia de personal municipal para ejercer control y aplicar sanciones a los infractores.
El trabajo de aseo urbano requiere de especial planificación en base a un diagrama de la ciudad dividiéndola en zonas y asignando días y horarios para que los vecinos sepan exactamente cuándo deben tener listas sus bolsas de basura para entregarlas a los encargados del sistema. Cualquier infracción al rol impuesto, sería responsabilidad de los vecinos, salvo contingencias especiales en que sea el basurero que incumpla su tarea asignada, en ambos casos correrán las sanciones que fuesen determinadas por infracciones comprobadas, pero con doble efecto en el caso de personas inescrupulosas que sean descubiertas ensuciando la ciudad.
Las autoridades municipales deben extremar recursos financieros para habilitar contenedores de basura en diversos sectores de la ciudad e incrementar la dotación de basureros para que sean utilizados por los viandantes, tarea que debe ser parte de una intensa campaña de educación ciudadana, que motive realmente una conciencia de responsabilidad, desde el hogar, los centros educativos y el apoyo de autoridades.
La otra parte de industrializar la basura, es una buena idea, una alternativa que de concretarse facilitará todo el operativo de recojo y depósito de los desechos sólidos, generando beneficios para la comuna y seguridad para la ciudadanía. Mientras tanto hay que redoblar esfuerzos para que la cultura de la limpieza sea parte esencial del diario vivir. Padres de familia y maestros, además de los medios de comunicación tienen mucho que ver en este tema.
Fuente: LA PATRIA
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