Sábado 03 de octubre de 2015
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Jesús, en las conferencias nocturnas en el Monte Gerizim, enseñó a sus apóstoles, muchas grandes verdades sobre la oración y la adoración, eh aquí esas sublimes enseñanzas del maestro de maestros:
"Efectivamente Juan el bautista os enseñó una forma sencilla de oración: ¡Oh Padre, límpianos del pecado, muéstranos tu gloria, revélanos tu amor, y deja que tu espíritu santifique nuestro corazón para siempre jamás, amén! "?l os enseñó esta oración para que vosotros tuvierais algo que enseñar a las multitudes. No era su intención que usarais esta súplica como expresión de vuestra propia alma en la oración. "La oración es una expresión enteramente personal y espontánea del alma hacia el espíritu; el rezo debe establecer la comunión real con el Padre y la expresión de la hermandad entre los hombres. La oración dictada por el espíritu, conduce al progreso espiritual interior. La oración es una forma de comunión espiritual que conduce a la adoración. La oración verdadera es la actitud sincera del alma en pos de los cielos para alcanzar vuestra felicidad."
"La oración es el aliento del alma y debe conduciros a persistir en vuestro intento de conocer la voluntad del Padre. Así pues vuestra perseverancia en el espíritu ganará el pan de la vida de las manos generosas del Padre en el cielo. Nuevamente os digo, pedid y se os dará; buscad y encontrareis, golpead la puerta y se os abrirá. Porque el que pide recibe; el que busca encuentra; y al que golpea la puerta de la salvación, la puerta se le abrirá".
"¿Qué padre entre vosotros, ante la súplica inmadura del hijo, vacilaría en dar según la sabiduría paterna, y no de acuerdo con la solicitud errónea del hijo? Si el niño necesita pan, ¿le darás un piedra solo porque insensatamente la solicitó? Si tu hijo necesita pescado, ¿le darás una serpiente de agua solo porque apareció en la red con el pez y el niño caprichosamente la pide? Si vosotros, mortales, sabéis cómo responder a las súplicas y dar a vuestros hijos dones buenos y apropiados, ¡cuánto más espíritu y bendiciones adicionales dará vuestro Padre Celestial a los que se lo pidan! Los hombres deben siempre orar confiados sin perder nunca la esperanza. Pero cuando oráis, ejercéis tan poca fe. Orad con fe genuina, que es capaz de diluir todas las dificultades que encontrareis en el camino de la expansión de vuestra alma y del progreso de vuestro espíritu".