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Viernes 02 de octubre de 2015

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Perspectiva Minera

El Mutún gigante de hierro del oriente no ha podido superar su crisis inicial

02 oct 2015

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Las grandes posibilidades de convertir el yacimiento de hierro en el Mutún en un gran polo de desarrollo a partir del proyecto siderúrgico del sudeste del país, no avanzaron en la perspectiva deseada, y actualmente confronta serios problemas que hacen tambalear todo el esquema planificado.

Lo cierto es que el Mutún no ha podido superar su crisis inicial que se produjo con el retiro de la empresa india Jindal Steel & Power, que todavía sostiene un litigio con nuestro gobierno en pos de recuperar parte de sus inversiones. El pasar las responsabilidades a la creada Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) no ha sido el acierto para reactivar esa empresa, que sigue acumulando deudas aún explotando ciertas cantidades de hierro, cuya comercialización por lo que se informó, no ha servido ni para cubrir los gastos de mantenimiento de su planta laboral.

Recordando algunas gestiones que se emprendieron para "arrancar" con el Mutún, hay que retroceder a mayo de este año cuando se anunció un crédito mayor a 400 millones de dólares que se negociaba con un banco estatal de la China y sólo se esperaba lograr un buen acuerdo sobre tasas de intereses que no afecten la economía nacional.

El importante crédito debió utilizarse en el financiamiento del proyecto siderúrgico del Mutún, pero además en la habilitación de la vía férrea que uniría Motacucito - Puerto Busch en una extensión de 130 kilómetros para movilizar justamente la producción de hierro hacia mercados externos. Este emprendimiento obtendría un crédito chino adicional al anterior que sumaría en total 600 millones de dólares.

A mediados de agosto pasado, la ESM confrontó serios problemas sociales al punto de no poder cubrir obligaciones con sus trabajadores que ingresaron en paro de labores y efectuaron bloqueos, exigiendo el pago de haberes devengados, mientras las autoridades de minería insistían en la negociación del Gobierno con empresas chinas para la inversión de 600 millones de dólares que permitirían una recuperación de la empresa que arrastraba una cuenta de tres meses de salarios impagos a casi un centenar de funcionarios.

En esa ocasión fue el Vicepresidente del país quien pidió paciencia a los habitantes de la provincia Germán Busch y a los trabajadores del Mutún, reiterando que se trabajaba en un paquete completo para desarrollar el proyecto de producción y fundición del hierro del Mutún.

Pasaron los días y luego de dos semanas de protestas de los trabajadores del Mutún tuvo que ser la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) que canalizó ante el gobierno un empréstito de un millón y medio de Bs. para que la ESM cumpla con el pago de haberes devengados y elimine las medidas de presión que pudieron complicarse en la zona oriental. El préstamo deberá ser cancelado en un periodo de seis meses, tomando en cuenta que la empresa tiene actualmente una reserva estocada de 450.000 toneladas de hierro listas para su venta.

Empero, una de las causas que ocasionó la iliquidez de la empresa del Mutún es la caída en el precio internacional del hierro, por lo mismo un plan prudente consistió en poner en reserva la producción del mineral, esperándose que en los próximos meses mejore la cotización y su comercialización sea satisfactoria. Hace dos meses la tonelada de hierro se vendía en 65 $us y en agosto bajó a poco más de 50 $us cada tonelada.

En todo caso la situación se complica para la siderúrgica del Mutún, aunque según los dirigentes cívicos orientales el proyecto dista mucho de ser tal, pues todavía no se afirmó ni siquiera en una regular explotación de la materia prima y falta mucho para habilitar una siderúrgica que convierta el hierro en acero o por lo menos en fierro industrial, aspectos que son considerados con prioridad para que el Mutún recupere su condición estratégica en los planes de la gran minería nacional y su importante proyección industrial.

Hay una serie de dudas que complican el panorama estructural de la ESM y que provienen desde su primerísima gestión, por ejemplo no se aclara el destino de los 18 millones de dólares que se cobraron a la Jindal por un supuesto incumplimiento de contrato, lo que ocasionó la ejecución de las boletas de garantía que ahora todavía reclama la empresa india, en tanto que han transcurrido más de siete años desde que nuestro gobierno y la Jindal sellaron un contrato para la explotación e industrialización del hierro del Mutún. La empresa india debía invertir 2.100 millones de dólares en ocho años, pero no avanzó en el plan siderúrgico porque no se pudo asegurar la provisión de gas natural para ese proyecto, como tampoco se logró sanear la concesión de tierras. Un asunto con muchas interrogantes.

Lo cierto es que ahora el sueño del megayacimiento del Mutún parecería desvanecerse con la frustración consiguiente para Santa Cruz que planificó la vigencia de un gigante polo de desarrollo en el sudeste de su territorio, un hecho que además altera los planes de expansión de la gran minería nacional.

Lo último, el Gobierno cerró el Mutún, hay despido de trabajadores y sigue la espera prolongada de un crédito de 600 millones de dólares provenientes de la China, para poner en marcha uno de los más importantes proyectos de la última década en nuestro país. Los despedidos declararon emergencia, mientras el MMM anuncia un proyecto integral en el Mutún.

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