Jueves 01 de octubre de 2015
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Algunos contaminantes se combinan con el vapor del agua y originan nubes que provocan la lluvia ácida que daña a los animales y las plantas, además, afecta al suelo, volviéndolo ácido y disminuyendo asà el crecimiento de las plantas, también daña los edificios y monumentos.
Es decir, la lluvia ácida es una de las consecuencias de la contaminación del aire, pues cuando cualquier tipo de combustible se quema, diferentes productos quÃmicos se liberan al aire.
Según la explicación que se brinda en la página "La reserva", el humo de las fábricas, el que proviene de un incendio o el que genera un automóvil, no solo contiene partÃculas de color gris, que son fácilmente visibles, sino que además poseen una gran cantidad de gases invisibles altamente perjudiciales para el medio ambiente.
Los gases, en especial los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre, reaccionan al contacto con la humedad del aire y se transforman en ácido sulfúrico, ácido nÃtrico y ácido clorhÃdrico, y se depositan en las nubes.
Y es asà que las nubes, que contienen pequeñas partÃculas de ácido, son las que generan la lluvia ácida.