"Para muestra un botón", dice aquel popular refrán cuando se quiere denotar aquello que no resulta necesario mostrarlo o enseñarlo todo, ya que una sola muestra o un solo ejemplo puede enseñarlo o demostrarlo casi todo.
El refrán viene a propósito de la inversión de 300 mil bolivianos que efectúa el Ministerio de Comunicación en una consultorÃa denominada: "Estudio Cuantitativo y cualitativo de percepción de los medios estatales" para contar con resultados de percepción ciudadana que le permitan contar a ese despacho "con información validada para la toma de decisiones respecto a polÃticas y estrategias que mejoren la calidad de los medios".
La muestra en este caso serÃa lo que hacen los medios estatales en cuanto se dirigen a la opinión pública, que es por todos conocido, obstinadamente sesgada, y el "botón" resulta aquel titular propagandÃstico del periódico oficialista "Cambio", que prefirió dedicarle su primera plana a la campaña de reelección presidencial de Evo Morales como presidente, mientras la generalidad de los periódicos amanecÃan con alentadores y entusiastas titulares acerca del fallo de la Corte Internacional de La Haya, respecto a nuestra aspiración marÃtima.
Esto, no solo denota una desviación de la atención ciudadana de ese anhelado propósito de los bolivianos, sino que muestra que la principal función periodÃstica de ese periódico, está orientada hacia intereses particulares y privados antes que a los intereses de carácter colectivo y nacional. No es posible pensar que un periódico del Estado que se publica con recursos del erario nacional ponga mayor atención en a campaña presidencial.
Bajo estas actitudes, que son frecuentes en ese periódico, el Ministerio de Comunicaciones, pretende mejorar la calidad de este y de los otros medios, como el canal 7 estatal y otro canal que ya está en el aire -ambos de alta densidad-, la Agencia Boliviana de Informaciones, ABI, y las cerca de 40, estaciones de radiodifusión.
La calidad de los medios estatales no parece ser el cuestionamiento principal, sino la forma de su administración bajo directa dependencia del Ejecutivo, que en todos aquellos paÃses donde se rigen bajo esta forma centralista y direccionada, resultan un fracaso. Mientras no sean pluralistas y proyecten mayor credibilidad, los medios estatales no serán de atención preferente de la ciudadanÃa, eso es sabido en cualquier lugar donde se instalen medios estatales. No parece ser el camino preocuparse por la "calidad", sino por dotarle de otras formas de administración, que les permita cumplir su función a cabalidad, y no al servicio de intereses estrictamente personales y partidarios, como son desde que se fundaron esos medios.
(*) Periodista
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