El esperado fallo del Respetable Tribunal de la Corte Internacional de Justicia CIJ, de La Haya explicado en no más de 30 minutos, determinó rechazar las objeciones y la excepción que planteó Chile a la demanda boliviana que sugirió el auxilio de la CIJ, para motivar en el gobierno trasandino, la atención justa a un pedido centenario del paÃs altiplánico.
Los dÃas previos y las últimas horas fueron de expectante y nerviosa actividad en los equipos diplomáticos de ambos paÃses que se concentraron en La Haya y estuvieron pendientes del fallo anunciado y dictado a la hora exacta del 24 de septiembre, que se convierte en un dÃa especial para marcarlo en el calendario de las gestiones nacionales por recuperar el litoral cautivo.
Chile desconoce y aún lo hace, pese al fallo conocido, el verdadero sentido del pensamiento y el derecho de Bolivia, que sin tocar en absoluto lo que tiene que ver con el Tratado de 1904 sólo plantea una atención práctica a su demanda marÃtima que es la consecuencia de un aleve ataque armado en condiciones desiguales y bajo presiones internacionales, que terminaron mutilando nuestro territorio y cerrando nuestro acceso al mar.
El planteamiento de Bolivia no está dirigido a solicitar a Chile una concesión graciosa de su territorio, de ningún modo, lo que se pide es que en el sentido más amplio de la solidaridad y la justicia, se le permita un acceso al mar que se le cerró atrabiliariamente, cortándole una fuente importante para su comunicación externa y su derecho inalienable de vinculación marÃtima, parte fundamental para su crecimiento y la expansión de su comercio.
Hay una corriente más humana y fraternal que muestra en Chile su predisposición para allanar el conflicto con Bolivia, son sectores laborales e increÃblemente la juventud del paÃs vecino que abiertamente insinúan a sus gobernantes considerar una "devolución" del territorio cautivo, que no es lo mismo que una concesión de territorio. Este pensamiento chileno prevalece actualmente y deberÃa motivar una reacción más fraternal y más realista del problema para mostrar la otra faceta humana, sensible e integradora que es parte de una reacción que crece en Chile y puede ser parte de una solución pacÃfica y armoniosa.
Al conocer el fallo de la CIJ, el mandatario boliviano ratificó la predisposición de Bolivia al diálogo, como parte de la solución esperada al centenario litigio con Chile. Las condiciones pueden darse, si baja de manera práctica la soberbia y la polÃtica tradicionalmente conservadora de una mÃnima representatividad en el gobierno del Mapocho.
Fuente: LA PATRIA
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