Martes 15 de septiembre de 2015

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La sociedad está siempre en constante cambio, muchas veces son positivos, sobre todo cuando se eleva la calidad de vida de los ciudadanos en diferentes ámbitos, sin embargo, no suele tomarse en cuenta algunas actitudes de la cotidianeidad; por ejemplo en la forma de comunicación que en éstos últimos tiempos está queriendo prevalecer en las relaciones sociales, asÃ, una situación que llama la atención es la actitud y forma de expresión de algunas personas, sobre todo en oficinas de atención al cliente del sector público y entidades privadas, ya que al realizar trámites de distinta Ãndole para efectuar cualquier diligencia necesaria para fines especÃficos si una persona particular se acerca a una ventanilla algunos responsables de las mismas le dicen: tienes que traer, te falta esto, el otro, tienes que volver mañana, ¿trajiste tus papeles?, no es tu turno tienes que esperar, en fin resaltando una total confianza con la otra persona.
Pero este trato será adecuado cuando se dirigen a personas de la tercera edad o a personas mayores, otra que resulta ser menor ¿deberÃa tutearla?, y le señala: ¿dime en qué quieres que te ayude?, ven es tu turno, aquà tienes que firmar, pon tu huella, aquà tienes que escribir, y muchas oraciones denotando un exceso de confianza por parte del que está atendiendo la ventanilla con otra que resulta ser un perfecto desconocido, y puede generar molestia éste acercamiento que muestra una falta de respeto con aquellas quienes debieran otorgar su consentimiento para el famoso tuteo. Pero también la actitud puede ser efectuada por el usuario, quien empieza a tutear al encargado de la ventanilla y le menciona: oye ¿cuáles son los requisitos que me faltan?, ¿cuánto te tengo que pagar?, no te entiendo, llenámelo éste formulario, ¿qué más quieres que te traiga?, aquà escrÃbemelo, ¿cuánto más te falta?, etc.