Borrando deliberadamente de las páginas de nuestra historia los nombres de los verdaderos patriotas y los verdaderos defensores de la bolivianidad, que en la hora suprema de la verdad dieron ejemplo de sacrificio, renunciamiento a los mezquinos intereses personales y sobre todo de un probado y acendrado patriotismo, siendo en cambio ensalzados y glorificados los hombres a los que debemos por ejemplo nuestro actual enclaustramiento geográfico; debo ser claro sobre este punto y nombrar con nombre y apellido a los traidores que antepusieron sus intereses y ambiciones personales y de grupo a los supremos intereses y derechos de la Patria.
Durante la última quincena de diciembre de 1879 y principios de enero, hubo una serie de actuaciones contradictorias e innecesarias y se especula sobre la revolución contra el General Daza, en confabulación con Aniceto Arce y otros Jefes en Tacna. Se refiere a la confusión y anarquÃa que reinaba en la tropa, que se preocupaba porque la V División, formada con tanto esmero y sacrificio, para lo único que servirÃa era para bajar al gobierno. El 28 de diciembre se produjo el golpe preparado con mucha antelación y aun se arregló el asunto de Camarones, que sirvió para la destitución del Gobierno; lo peor es que se ocultó el triunfo de Canchas Blancas, guardándose los partes, con la idea de que "hay que fregar a los dacistas".
Desgarradoras son pues, las lÃneas anteriores mientras el invasor se pavonea en nuestro sagrado suelo, traidores, malos militares y polÃticos, se disputan el poder y por otro lado los hombres con verdadera fe bolivianista, están dispuestos al sacrificio y al martirio para lavar con sangre la afrenta hecha a Bolivia.
En ese momento vino la orden, se deslizaron silenciosamente los bolivianos y atacaron frontalmente, mientras que los indios ganan la retaguardia del enemigo para caerse sobre sus provisiones y destrozarles la cerca a pedradas aprovechando la noche.
Transcurrió más de tres cuartos de hora y los tiros se fueron alejando y conforme Ãbamos avanzando sobre el enemigo. De rato en rato aún se sentÃa el silbar de piedras de hondas indias dando caza a algún fugitivo. En este afán llegó la media noche y los chilenos quedaron rechazados, destrozados. El coronel Juan Bautista Ayoroa y sus tropas siguieron persiguiendo al enemigo con la caballerÃa que ahora tenÃamos abundante. A las tres de la mañana, están de regreso Ayoroa y Villarpando. Este deseó hablar a sus soldados a quienes sólo atina a decirles: SoldaditosÂ? ¡queridos hijos mÃos! ( un llanto profundo no lo deja hablar) y sigue: soldaditos, indiecitos queridos, ustedes han salvado a Potosà y a la PatriaÂ? Lloro de emoción, decÃa, porque hemos ganado, hemos defendido la Patria, desde aquÃ, abandonados por ese kuchi de Campero".
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