Viernes 02 de abril de 2010
ver hoy
Aunque ateos no faltan y políticos radicales tampoco, así como incrédulos en los valores religiosos y poco creyentes en la fuerza poderosa del Ser Supremo, la generalidad del pueblo a su modo tiene Fe en Dios y su hijo Jesucristo que murió crucificado por liberarnos de pecados y en una muestra de humildad y sencillez ante quienes hacen abuso del poder, sin medida ni clemencia.
El paso del tiempo refleja también la existencia de “Judas” y “Pilatos”, siempre han existido desde que los diezmos sirvieron para comprar conciencias y cuando resulta más fácil lavarse las manos para no comprometerse ante la Ley “políticamente”.
Políticamente se pretende cambiar la fe, lo que no es posible al existir plena conciencia de la existencia de un Ser superior cuya presencia real se plasmó en el sacrificio de su hijo, muerto y resucitado y cuya eucaristía con el pan y el vino se convierten realmente en el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo.
La acción de los fariseos que en su tiempo insultaron, golpearon, vejaron a quien proclamaba paz y amor, justicia y libertad son los que también ahora se convierten en enemigos directos de los patriotas que piden unidad, que exigen respeto a los derechos humanos y denuncian corrupción y arbitrariedad, no es todo, hay profetas que siempre buscaron mejores condiciones para sus semejantes y no faltaron como ahora los eternos enemigos del diálogo, de la concertación y del intercambio de ideas para lograr objetivos comunes de bienestar con dignidad. El poder y la violencia siguen siendo norma para acallar a los defensores de las libertades y la justicia.
Fuente: LA PATRIA