La tensión ha aumentado recientemente en la Explanada de las Mezquitas, donde las autodenominadas "murabitat" (guardianas) tienen vetada la entrada por increpar a los judÃos que suben al lugar, sagrado para el islam y el judaÃsmo, y uno de los puntos más explosivos de la región.
Las "murabitat" son voluntarias palestinas que acuden al lugar para "protegerlo" de lo que consideran "ataques de colonos que pretenden judaizarlo".
"Las fuerzas de la ocupación israelà están impidiendo a los musulmanes entrar en Al Aqsa para rezar, especialmente a grupos de mujeres, a los que no permiten acceder hasta las once. Es un castigo colectivo", denuncia a Efe Um Ahmad Fadiye, una de las muchas apostadas ante una puerta.
Cada vez que un judÃo cubierto con kipá (solideo) o vestido de ultraortodoxo pasa frente a ellas, le gritan a todo pulmón "Alahu Akbar" (Alá es grande) e intentan dificultar su paso.
"Como no nos dejan entrar en Al Aqsa, decidimos situarnos lo más cerca posible, por donde salen los colonos, y les damos la bienvenida gritando ´Alahu Akbar´ para incomodarlos", reconoce esta mujer, a quien un tribunal le ha vetado el acceso durante sesenta dÃas.
Estos grupos, explica, "no pertenecen a ninguna organización, son solo fieles que vienen a orar y se sienten molestos por los colonos dentro del recinto".
Fadiye defiende que la Explanada "es una mezquita, un lugar sagrado solo para los musulmanes y nadie más debe rezar allÃ" y acusa a los grupos de judÃos que entran de "rezar en silencio, robar tierra, piedras y trozos de los árboles, beber vino y alcohol, fumar, insultar al profeta Mahoma y, hace poco, incluso un turista sionista sacó una bandera israelÃ".
Otra de las mujeres vetada es Hanadi Halawani, que imparte clases de Corán dentro del recinto y asegura que la prohibición no es porque las mujeres creen problemas sino por la cercanÃa de festividades judÃas.
Hay una lista negra con una veintena de mujeres y, ahora, tampoco dejan entrar a grupos de mujeres entre 7 y 11", se queja, antes de defender que son "mujeres mayores, que acuden a rezar y aprender el Corán y no están armadas".
"No pueden entrar porque crean problemas. Yo soy el que no puede entrar cuando quiero (hay acceso limitado para los no musulmanes). Esta es mi tierra, es mi ciudad, mi calle. Yo nacà aquà y necesito que los policÃas me protejan para pasar", protesta, y añade que "los judÃos estaban aquà hace 3.000 años, antes de que el islam existiese".
"Todo lo que hay aquÃ, en el Gran Israel, era judÃo. Luego vinieron Jesucristo y Mahoma y cambiaron las cosas. Pero todo el mundo sabe que aquà el que estaba primero era Israel. Esta es una tierra judÃa. Nosotros somos los propietarios de esta tierra", afirma.
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