Guardia fiel, qué te importa la vida, si alumbrando te mata el deber
28 ago 2015
Víctor Hugo Oña Ovando
Cuando nace un bebé, Dios sonríe, cuando muere una persona, Dios se angustia, cuando un policía muere concibe diversidad de sentimientos en la familia, en el pueblo, en la sociedad.
"Guardia fiel, qué te importa la vida, si alumbrando te mata el deber", se armoniza en el Himno al Policía, el pecho sobresale henchido de sentimiento de servicio; genera responsabilidad e impaciencia, porque se sabe cómo se inicia, pero no cómo finaliza, porque en cualquier momento la actitud delincuencial, un atentado o finalmente un accidente de tránsito, puede sorprender y ser impredecible en la vida del policía.
Cuando el policía se identifica en el servicio que le encomienda la Constitución Política del Estado, la Ley Orgánica de la Policía se llena de energía positiva y también negativa, nerviosismo, intolerancia, desconfianza, sensibilidad, solidaridad y susceptibilidad, acosan al policía, aquel, del que se requiere su presencia en cualquier momento, pese a las inclemencias del tiempo y la naturaleza.
Esta labor, es estigmatizada por quienes se encuentran contrarios a la ley y es bienvenida por quienes requieren sus servicios, personas que acuden o toman contacto con la institución del orden, formada por seres humanos, personas potencialmente en crisis y conflicto, en el rol de victimas unos, de agresores otros, quienes son asediados por la violencia, buscando el equilibro por la justicia, que es medida en la balanza de operadores (fiscales) y administradores de justicia (Jueces).
La Constitución Política de la República de Bolivia del 24 de Junio de 1826, promulgada por el Gobierno del presidente Antonio José de Sucre, establece el reglamento que rige la actividad policial, de creación en cada departamento, presencia en los cuatro puntos cardinales de nuestra amada Bolivia de "Rojo Amarillo y Verde", con un jefe de Policía, nombrado por el Gobierno, junto al comisario, al mando de una compañía de soldados, un oficial, grupo de carabineros que brindan seguridad, como funcionarios policiales, en beneficio de la sociedad.
En diciembre del 2009, se promulgó la nueva Constitución Política, cambiando el denominativo de República de Bolivia al de Estado Plurinacional de Bolivia. Hecho que generó el cambio de nombre de Policía Nacional a "Policía Boliviana", única fuerza de seguridad, que en cumplimiento al Artículo 251, inc. I. que ilustra:
"La Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público y el cumplimiento de las leyes en todo el territorio boliviano.
Inc. II. Ejercer la función policial de manera integral, indivisible y bajo mando único, en conformidad con la Ley Orgánica de la Policía Boliviana y demás leyes del Estado.
En tanto la Ley Orgánica de la Policía Nacional, hoy Policía Boliviana, afirma: Art. 7. w): Tomar las precauciones y medidas necesarias para la eficiente labor policial, cumpliendo otras funciones que estuviesen previstas en las precedentes.
Art. 8. La Policía Boliviana, es una institución técnico científica, organizada según principio de administración e integración de funciones y atribuciones. Escribiendo páginas de gloria, de manera silenciosa en beneficio de Bolivia por su labor, muchas veces incomprendida y subestimada por la propia sociedad, en referencia a los servidores del orden, Policías anónimos, quienes nunca son sujetos de gratitud y sólo son víctimas de críticas por una sociedad, cuyo grado de deshumanización, cada día sorprende más.
Reiterando, que la historia de Bolivia, está escrita, por hombres y mujeres del verde olivo, que ofrendaron su vida en el cumplimiento del deber, verdaderos héroes anónimos, que no dudaron defender la tranquilidad y seguridad de una sociedad, que no valora su arriesgada labor del funcionario policial, la cual fiscaliza lo malo y la estigmatiza de corrupta.
Las instituciones legalmente constituidas, como la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, el Defensor del Pueblo, la Iglesia, que interpelan, juzgan, a la hora de defender al ser humano, sin embargo ignoran los derechos del servidor público policial.
Por ello es bueno recordar que la Policía Boliviana, está integrada por damas y varones, quienes podrán tener defectos y virtudes, pero son seres humanos, los cuales son estigmatizados, criticados, nunca defendidos, además utilizados por la clase política opositora, cuya actitud sólo busca perjudicar al Gobierno de turno, haciendo escarnio de la institución del verde olivo.
Con la trágica muerte del sargento José Luis Quispe de La Cruz, se confirma, que algunas instituciones defensoras de los Derechos Humanos, soslayan la tragedia policial y amplifican de forma mediática sólo el desprestigio institucional, tratando de dañar al gobierno, por ello es necesario resaltar la labor que desarrolla la Policía Boliviana en bien de la sociedad que cumple con los preceptos constitucionales.
En estos tiempos tan difíciles sería bueno sensibilizar, a la sociedad, al pueblo en general que debemos vivir en paz, en armonía, resaltar los preceptos constitucionales del suma qamaña (el vivir bien), ñandereko (vida armoniosa) en busca de invertir los valores de la sociedad, a favor de los servidores públicos policiales, que pese a las adversidades, están presentes para servir a su comunidad y al Estado Plurinacional de Bolivia.
(*) Cnl DESP
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