Este asunto de las importaciones de ropa usada y otra de procedencia china parece no acabarse, y es que no se cumplen algunas medidas vigentes y no se apropian otras nuevas a las circunstancias reales que confrontan en nuestro país y en varios distritos los productores nacionales, casi al borde del colapso por la despiadada competencia de la mercadería señalada que además entra en gran proporción por la vía ilegal del contrabando.
Es evidentemente un problema de magnitud y por sus características de difícil solución, pues de por medio está un gran contingente de comerciantes, la mayoría informales que viven de ese comercio, venta de ropa usada y ahora, así de barata como aquella la prendería china que satura los mercados del país. En algunos casos vía importaciones legales, pero en otros, que son los más, la mercadería ingresa por las amplias fronteras del país y es alentada desde puertos chilenos.
El sector de las microempresas que son parte de las Mypes, constituyen el gremio más vulnerable al haber disminuido ostensiblemente sus ventas ocasionando el cierre de varias empresas y el despido de operarios en otra cantidad de talleres de mediana y pequeña producción. Un aspecto social por la pérdida de empleos y porque irónicamente, muchos despedidos pasan al ejército de informales.
Se han anunciado movilizaciones de unos ocho mil micro y pequeños empresarios representando a muchos miles más de todo el país, demandando al Gobierno medidas en defensa de la producción de la industria nacional, lo que significa además mantener miles de empleos en negocios que por otra parte aportan al fisco a través del pago de impuestos, en tanto que los informales no tributan, compiten deslealmente con lo "hecho en Bolivia" y no generan empleos.
Otro problema de orden financiero, indirectamente planteado a las autoridades financieras del país, tiene que ver con el tipo de cambio fijo para el dólar, lo que facilita la internación de productos provenientes de países vecinos y que se suman a los otros de China y ropa usada, agravando el mantenimiento de las Mypes.
El ministro de economía y el presidente del Banco Central coincidieron en señalar que "no modificarán el tipo de cambio fijo establecido en diciembre del 2011 en un valor de 6,96 bolivianos por unidad de la divisa norteamericana", lo que en buen cantar significa una apertura para negocio de los vecinos, pero en latente perjuicio de la producción nacional.
Pequeños y medianos empresarios, incluyendo importantes sectores industriales del país coinciden en señalar que "la libre importación de bienes, más la vigencia del cambio fijo del dólar, son elementos que alteran y afectan directamente la producción interna nacional", por lo que plantean al Gobierno la aplicación de medidas para frenar las importaciones chinas y la de prendería usada, cuyas ventas son letales para la industria textil del país, la de cueros en prendas de vestir, calzados y otros productos derivados que no se venden porque los mercados están saturados con productos chinos y de contrabando.
Un informe reciente señala que más de 500 micro empresas cerraron actividades en lo que va del año, por lo que insisten en su pedido de que "cese la libre importación de productos chinos ejerciendo mayor control para evitar el ilegal comercio de ropa usada, debiendo aplicarse medidas radicales para defender la producción boliviana".
Fuente: LA PATRIA
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