Jueves 27 de agosto de 2015
ver hoy
Un sentimiento de abatimiento sacude las fibras más íntimas del orureño, al conocer con profunda pena lo que está ocurriendo al interior de la prestigiosa Universidad Técnica, siendo mayor la indignación cuando personas interesadas en dañar la imagen de la UTO, quieren hacer leña de un árbol caído.
No sabemos, a ciencia cierta, que es lo que ha sucedido en la Facultad de Medicina para estar señalada como un centro de irregularidades, al extremo, de tener 47 personas implicadas en falsedad material, falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado, incumplimiento de deberes y otros desaciertos contrarios a la Constitución Política del Estado.
Todos conocemos que las universidades públicas son autónomas o iguales en jerarquía, permitiéndole la libre administración de sus recursos, nombramiento de autoridades propias, catedráticos y personal administrativo, con el fin de impulsar planes de estudio en favor de aquellos bachilleres deseosos de tener un título profesional para poder desempeñarse en el que hacer nacional diario.
Dentro ese marco, más allá de las denuncias sobre cobros indebidos en ese centro de formación académica, es deber del señor Rector llegar al fondo del asunto y actuar decididamente contra los responsables de esa ignominia, al estarse poniendo en tela de juicio el andamiaje de toda la universidad, ya que no faltan grupos de gente mal intencionada, que se apresuran a emitir conceptos capaces de generar un mayor descrédito de nuestra alma mater.