Los animales voladores más extraños del planeta

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La naturaleza no deja de sorprendernos en cada edición que les presentamos con nuestros acostumbrados conteos del salvaje mundo animal. De hecho muchas escenas extraídas de películas de ciencia ficción serán recreadas en esta ocasión. Por ejemplo ¿se imaginan a un pez que vuela?, por supuesto hablamos de una especie real, no se trata de un animal fantasioso. De hecho existen otras extrañas especies que transitan en diferentes hábitats que aparentemente parecen incompatibles. Hoy conoceremos a los animales voladores más extraños del planeta.

PUESTO 1 (PEZ VOLADOR)

Ocupan el sitio número 1 de nuestro ranking, los exocétidos o peces voladores (Exocoetidae) son una familia que comprende cerca de 70 especies agrupadas en 7 géneros. Se encuentran en todos los océanos, especialmente en las cálidas aguas tropicales y subtropicales. Su característica más sorprendente es el tamaño de sus aletas pectorales, inusualmente grandes, que le permiten volar y planear por distancias de más de 50 metros.

PUESTO 2

(RANA VOLADORA)

Otra rareza del mundo animal ocupa el puesto 2 de nuestra lista, la rana voladora, o rana de Wallace (Rhacophorus nigropalmatus) es una especie de anfibio anuro de la familia Rhacophoridae. Posee patas palmeadas y de enorme tamaño, que le permite planear entre los árboles. El nombre común hace referencia a Alfred Russel Wallace, destacado biólogo. Las ranas voladoras, aparentemente, evolucionaron a partir de varias líneas diferentes de ranas, desarrollaron su capacidad de "paracaídas" como medio de evasión de los depredadores.

PUESTO 3 (SERPIENTE VOLADORA)

Finalmente en el puesto 3 nos topamos con la Chrysopelea, más comúnmente conocida como la serpiente voladora, pertenece a un género de la familia Colubridae. Son excelentes planeadoras pudiendo alcanzar la distancia de 100 metros en sus "vuelos". La Chrysopelea realiza sus particulares vuelos partiendo desde la cima de los árboles. Antes de comenzar su "vuelo" la serpiente adopta una forma similar a una "J", se inclina hacia adelante para determinar el nivel de inclinación del salto, y de esta forma controlar su trayectoria de vuelo y seleccionar una zona de aterrizaje. Una vez que decide cual es su destino, la serpiente se impulsa hacia adelante y comienza a planear.