Un problema de límites que se prolonga por mucho tiempo y que no tiene una adecuada solución, mantiene en vilo a comunaríos de la población orureña de Pongo Queñuani de la jurisdicción de Caracollo, avasallada nuevamente por pobladores de la zona paceña de Colquiri.
Los invasores de terrenos no sólo ocupan predios aledaños a la comunidad orureña sino que avanzaron hasta la proximidad de viviendas, pretendiendo roturar la tierra para efectos de sembradío en tierras que no les pertenecen y que actualmente se encuentran en proceso de revisión técnica para establecer y remarcar los límites que separan ambas localidades.
Varias reuniones se han cumplido entre autoridades del distrito, junto a dirigentes de los sectores que viven en la zona, se ha ampliado las negociaciones a delegados de las comunidades e inclusive se ha logrado acuerdos de respeto mutuo para evitar conflictos entre agricultores del sector, lamentablemente tales acuerdos han sido incumplidos y vulnerados una vez más por los comunarios de la zona paceña, que se consideran propietarios de muchas hectáreas de suelos fértiles que en versión de los campesinos afectados de Oruro les pertenecen ancestralmente, por muchas generaciones.
La queja sobre el conflicto de límites entre Oruro y La Paz es de conocimiento del Ministerio de Autonomías y pese a la intervención del titular de la cartera en el asunto, no hay visos de solución concreta a un diferendo que puede agravarse por los constantes avasallamientos de los terrenos orureños.
Aparentemente el problema se origina en una posición expansionista de terrenos por agricultores paceños que han llegado en algunos casos hasta las mismas puertas de las casas de campesinos orureños, hecho que ha sido denunciado y rechazado, por los afectados que han hecho conocer un pronunciamiento en defensa de sus terrenos, advirtiendo que no permitirán nuevos avasallamientos.
Este delicado problema que se produce desde hace tiempo constituye un verdadero peligro en la zona que puede derivar en una confrontación entre vecinos con daños que afecten la integridad de personas y profundicen enconos que no deberían darse entre hermanos bolivianos.
Se trata del territorio boliviano, segmentado por límites departamentales, pero como se observa también por referencias que por años de años han marcado la pertenencia de tierras, cuyos usos y costumbres se han respetado y deberían ser parte en el proceso de una demarcación más clara y objetiva, sin dar paso al aprovechamiento irregular de más terrenos que los reconocidos ancestralmente, que finalmente han sido transferidos por generaciones y no pueden ser objeto del despojo por intereses coyunturales.
Es muy urgente que las autoridades de las gobernaciones de Oruro y La Paz, asuman responsabilidad directa en la solución del conflicto, exigiendo además que el Ministerio de Autonomías participe responsablemente y de manera imparcial en la delimitación limítrofe, tomando en cuenta el trabajo que realizará de forma obligatoria el Instituto Geográfico Militar (IGM), como organismo encargado de velar por la formalidad, vigencia y respeto a los límites jurisdiccionales.
Una Ley vigente sobre el tema establece ciertos procedimientos para definir impases de límites entre comunidades o departamentos, esa instancia debe agotarse técnica y legalmente en el afán de mantener tranquilidad entre bolivianos, evitando confrontaciones innecesarias. El acuerdo final no corresponde a los vecinos, es responsabilidad obligada de la autoridad ministerial pertinente y refrendada además por los Gobernadores de los departamentos en pugna.
Fuente: LA PATRIA
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