Domingo 23 de agosto de 2015
ver hoy
Paso lento, débil, armonioso, pero seguro, es el que va marcando en su camino ese anciano u anciana en su cotidiano vivir , tal vez van cargando sobre sus espaldas la enorme sabidurÃa que solo nos enseña el transcurrir de los años, ese maestro intachable de la vida que se llama "tiempo"
Cargan también, todo el sufrimiento y penurias con la que nos castiga la vida.
Pese a todo contraste que se presenta nunca ¡jamás! Pierden su compostura su manera de ser, cordiales, bonachones, con una paciencia infinita, todas las cosas de esta vida no tendrÃan razón alguna, sin la presencia ellos.
Por todo lo apuntado no está bien tratarlos de: abuelos, ancianos, o personas de la tercera edad, ni mucho menos "viejos" creo mas bien tendrÃamos que nombrarlos con todo respeto, porque el caso asà lo amerita "personas de la edad divina"
Todos los que tenemos la enorme suerte de tenerlos junto a nosotros, vivos, agradecerle a Dios porque son ellos, que a diario con su presencia nos regalan: dulzura, ternura, comprensión, sobretodo, su sabidurÃa, con el que nos ayudan a allanar el escabroso camino que nos toca recorrer.