Las acuarelas de Carmen cruzaron el exigente cañón del Chicamocha
23 ago 2015
Concepción M. Moreno - Periodista de EFE
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Cae la noche sobre el cañón del Chicamocha, pese a que aún es temprano, y la expedicionaria madrileña Carmen Hernández usa su linterna frontal para escribir y dibujar en su diario mientras aguarda la llegada de los autobuses que llevarán a los grupos de la Ruta BBVA de regreso a Barichara.
Ha sido un dÃa duro y muy exigente por el calor -en torno a los 40 grados-, pero Carmen está feliz porque, al igual que la mayorÃa de sus compañeros, ha completado la caminata más esperada -y más temida- del recorrido por Colombia: cruzar el cañón del rÃo Chicamocha en descenso desde Villa Nueva a Jordán Sube y posterior ascensión desde este último pueblo a Mesa de los Santos.
La excursión por el cañón del Chicamocha sucedÃa a la caminata que los expedicionarios hicieron la semana pasada por el Parque Nacional Tayrona (Caribe) hasta la ascensión al enclave arqueológico de Pueblito.
Y ya avisaban los expertos, entre ellos, el jefe de campamento, Jesús Luna, quien efectúa unos meses antes la prospección previa al viaje, de la extrema dureza de la marcha por el calor y la ausencia de vegetación para resguardarse del sol.
En una caminata de tres horas y 45 minutos, los expedicionarios completaron el descenso entre Villa Nueva y Jordán Sube, un camino complicado por la cantidad de piedras sin apisonar, por las espinas de las plantas denominadas "uñas de gato" y especialmente por el calor.
La doctora achaca a la fuerte comida -carne, ensaladilla, pan y varios tipos de fruta- recibida en el pueblo la cantidad de vómitos y náuseas que hubo en el comienzo de esa ascensión a Mesa de los Santos por un camino real, similar a una calzada romana, lejos de las piedras sueltas del descenso.
Como en ediciones anteriores, los jóvenes se animaron durante todo el recorrido y jalearon a quienes tenÃan problemas fÃsicos.
"El peor momento para mà ha sido ver a mis compañeros, que algunos se iban quedando, vomitando o mareando y no podÃamos quedarnos con ellos porque se originaba un problema en la marcha", declara Mario Calvo, estudiante de Medicina en la Complutense de Madrid.
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