Miercoles 19 de agosto de 2015
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Hay, en idioma inglés, una expresión que se debe envidiar. Se puede decir que algo va a una velocidad de "breakneck", es decir tan rápido que te rompe el cuello, una sensación que sentí hace muchos años cuando volé por primera y última vez en un Concorde.
Pues el Financial Times dice que la velocidad en que crece ahora la oferta de petróleo en el mundo es "breakneck", mientras que la demanda, que crece debido al bajo precio, no llega a igualarlo.
Hay un misterio que está a punto de dejar de serlo: el costo de producción del petróleo de las explotaciones de rocas lutitas, o shale-oil. Cuando el precio internacional del crudo ha llegado a 42 dólares por barril, y amenaza con llegar a 30, todos miran hacia el misterioso costo esperando ver que haga crisis. (Estados Unidos ha duplicado su producción de petróleo en los últimos seis años).
Lo que tiene a su favor el costo del shale-oil es que las empresas norteamericanas no dejan de trabajar en busca de rebajar los costos de producción, lo que pone nerviosos a los sauditas, que tienen a su favor que cuentan con las segundas reservas más grande de petróleo del mundo, son una monarquía, y la segunda reserva está en manos de los venezolanos, que no cuentan.