La educación, es un concepto amplio, pero ante todo un proceso complejo que implicarÃa todo un desentrañamiento epistemológico porque va relacionado con la dimensión personal, familiar, social, cultural, polÃtica, tecnológica y todas estas están sujetas a la realidad de cada contexto.
En oposición y desplazamiento de aquella racionalidad clasista, surge con el Estado Plurinacional, la razón múltiple, diversa, plural, variada; desplegando horizontalidad reciproca a nivel cultural y social; donde las más de 36 naciones de nuestro paÃs coexisten, se reconocen mutuamente como válidas y valiosas en un mismo plano de igualdad para una sociedad unitaria desde lo diverso.
A partir de ello, ya no es una cultura que reconoce a otras sino se reconoce entre ellas, en coexistencia, tolerancia, reconocimiento recÃproco e influencia mutua de diferentes dentro un mismo plano de igualdad, sin preeminencia ni jerarquÃas.
Esta visualización materialista de vivir mejor, filtrada en conductas expansionistas, ha impuesto a nuestra sociedad una sola manera de comprender el mundo, por ende una forma de conocimiento en el que predomina la lógica de una racionalidad secante, la cual se basa en la búsqueda de control y dominio sobre la vida y la naturaleza.
Al interior de esta conducta de apariencia civilizatoria, están fijados influjos propios de una sociedad y educación occidental, que promueve una cultura del consumismo, individualismo, hedonismo, machismo, sexismo, pragmatismo,� Donde cada uno de estos factores tiene un efecto multiplicador en sus consecuencias y afecta peligrosamente a la sociedad, como al entorno ambiental.
En contraposición al vivir mejor, es oportuno revalorizar nuestros orÃgenes, mirándonos en el espejo de nuestros pueblos originarios, ya que todas las civilizaciones, culturas, pueblos de la humanidad, han producido conocimientos y saberes ancestrales, necesarios y pertinentes para desarrollar y desplegar el propio sentido de vida en la humanidad. Por ejemplo, para nadie resulta extraño que nuestros antepasados y abuelos tenÃan principios de vida lo cual proporcionaba por una parte; bienestar en la unidad familiar, búsqueda de bien común, en base a principios y valores como trabajo, complementariedad, honestidad; conectados a un equilibrio, armónico a la naturaleza y cosmos.
La formación de estos valores se encuentra en el potenciamiento interior del individuo, para luego ser desplegado con una educación adecuada que no es posible con la ausencia de la comunidad. En la búsqueda de nuevos caminos es prudente encaminar nuestros pasos al horizonte del vivir bien donde hay mucho por conocer.
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